5 verdades incómodas que tu óptica nunca te contará sobre tus gafas actuales
(y cómo cambiar a unas únicas gafas que sí están pensadas para tu vida real)
Tiempo de lectura: 2 min
Quizá pienses que tus gafas “están bien”.
Ves más o menos.
Puedes trabajar, conducir, leer un rato…
Pero si llegas al final del día con la vista agotada,
si tienes varias gafas repartidas por casa,
si cada revisión termina en una factura más alta…
Es muy posible que nadie te haya contado toda la verdad.
Antes de hablarte de la alternativa,
mira estas 5 verdades incómodas sobre tus gafas actuales.
Si te reconoces en varias, no es casualidad.
1. Tus gafas están pensadas para un “momento de prueba”, no para tu día completo
En la óptica te sientas, lees unas letras en una pared, miras unas luces y ya está. Con esos minutos se decide la graduación que llevarás pegada a los ojos todo el día durante años. Pero tu vida real no se parece en nada a esa prueba: no pasas el día leyendo letras negras en un fondo blanco perfecto. Trabajas con pantalla, miras el móvil, cocinas, ves la tele, lees etiquetas con poca luz.
Tus gafas se han calculado para un entorno ideal de consulta rápida, no para el caos de distancias, brillos y posturas de tu vida diaria. Por eso “ves”, pero terminas reventada.
2. Les interesa más venderte varias gafas que ayudarte con una sola
Unas para leer.
Otras “especiales” para el ordenador.
Otras progresivas “para la calle”.
Más unas de cerca de bazar “para la cocina”.
Desde fuera parece que te cuidan.
Desde dentro es un negocio redondo: cada necesidad, un par de gafas nuevo.
Lo que casi nadie te explica es que, si el cristal está bien diseñado, podrías cubrir la mayor parte de tu día con un solo sistema visual. Pero eso no vende tantos pares. Así que tú acabas con gafas en cada habitación, en el bolso, en el coche… y aun así nunca tienes la gafa adecuada en el momento justo. Tu vista se cansa, tu paciencia se agota y tu cartera se vacía poco a poco.
3. Te cobran “extras” en cristales que ni siquiera están optimizados para cómo ves tú
Antirreflejos, filtro azul, endurecido, capa hidrófuga… la lista de suplementos en cristales parece interminable.
Pagas más y más por cada capa “extra”, pero nadie te explica lo esencial: si la graduación y el diseño del cristal no se adaptan a tus distancias reales (móvil, pantalla, lectura, casa), esos extras son como pintar un coche con el motor roto.
Sí, el cristal refleja menos, pero tu ojo sigue haciendo esfuerzos de más para enfocar. No es que esos tratamientos sean malos. El problema es que se usan para subir el precio sin tocar el fondo del asunto: un diseño pensado para la vida real y no solo para la ficha técnica.
4. La revisión se centra en los números… no en cómo acabas tú el día
“Tu graduación es esta, aquí tienes la receta.”
Se habla de dioptrías, de cilindro, de eje.
Pero casi nunca te preguntan en serio:
- ¿Cómo acabas de cansancio visual al final de la jornada?
- ¿Te duele la cabeza con frecuencia?
- ¿Tienes la sensación de que las letras bailan al final del día?
- ¿Tienes que cambiar de gafa cada dos por tres según lo que haces?
Mientras los números de la tabla queden “dentro de lo aceptable”, se da por hecho que vas bien. Y si te quejas de molestias, siempre hay una salida fácil: “es normal a tu edad”, “es la vista cansada”, “te acostumbrarás”. Mientras tanto, tus ojos siguen viviendo al límite y tú te convences de que lo tuyo es “lo que hay”.
5. Cada nueva gafa tapa el síntoma, pero casi nunca arregla el sistema
Cuando algo no va bien, la solución habitual es simple:
otra gafa.
¿Te cansa el ordenador? Gafa de oficina.
¿Te cuesta leer? Gafa de cerca.
¿Te molesta conducir? Gafa para la carretera.
Es como ir poniendo parches en una manguera llena de agujeros: cada parche tapa un punto, pero la presión general sigue igual. Nadie se sienta contigo a diseñar un sistema visual completo, que te acompañe todo el día, en todas las distancias que usas, con una sola gafa que no tengas que estar quitando y poniendo. Es más fácil vender un par nuevo que replantear desde cero cómo ves tú el mundo.
La buena noticia: no necesitas más gafas, necesitas mejores gafas
Después de leer todo esto, es normal sentirse engañada.
Pero también hay un lado bueno:
Si el problema no es solo tu edad,
ni solo tu trabajo con pantallas,
sino el tipo de gafas que llevas…
eso sí se puede cambiar.
Lo que muchas ópticas no te cuentan es que existe otra forma de hacer las cosas: diseñar un solo par de gafas pensado para cubrir casi todo tu día, con cristales que se adapten a tus distintas distancias sin obligarte a ir cambiando de montura ni a forzar la vista cada vez que haces algo distinto.
Ese es el enfoque de VisionPro.
VisionPro: un solo sistema visual para dejar de ser “la clienta de por vida”
VisionPro son gafas progresivas pensadas para una idea muy simple:
que puedas levantarte, ponértelas…
y olvidarte de tus gafas el resto del día.
¿Qué hace VisionPro diferente a tus gafas actuales?
1. Pensadas para tu vida real, no solo para la consulta
VisionPro se gradúan para tus necesidades actuales y se diseñan para cubrir las distancias que de verdad usas: móvil, ordenador, lectura, casa, calle, televisión. No para un único punto ideal de una pared de optotipo.
2. Un solo par en lugar de tres o cuatro
Con VisionPro no necesitas gafas distintas para cada cosa. La lente progresa de arriba a abajo: arriba para lejos, zona central estable para pantalla y entorno, abajo para cerca. Un solo par que te sirve para trabajar, cocinar, leer, salir a la calle o ver la tele.
3. Cristales de calidad con extras al servicio de tu comodidad, no de la factura
Antirreflejos y filtros se usan aquí para lo que sirven: reducir fatiga y deslumbramientos, no solo engordar el ticket. La base es un diseño pensado para descargar a tus ojos de esfuerzo, no para tapar carencias.
4. Menos esfuerzo, menos cansancio, menos mal humor
Al dejar que el cristal haga el trabajo de enfoque, tus ojos trabajan más relajados. Eso se nota en menos dolores de cabeza, menos letras que bailan y menos sensación de llegar a casa quemada por cualquier cosa.
Qué recibes al decidir probar VisionPro
Cuando eliges VisionPro, dejas de ser “la clienta que siempre vuelve a por otra gafa”
y pasas a tener un solo sistema visual completo:
- Unas gafas progresivas VisionPro graduadas para tu vista actual.
- Un único par para móvil, ordenador, lectura, tareas de casa, calle y televisión.
- Lentes con campo de cerca amplio y zona de pantalla cómoda, ideal para quienes pasan horas con pantallas.
- Tratamiento antirreflejos para reducir deslumbramientos y fatiga.
- Material resistente preparado para el uso diario.
- Y una garantía de prueba (por ejemplo, 30 días): si no te adaptas o no notas una mejora clara, puedes devolverlas y recuperar tu dinero.
Así eliges con calma, sin sentir que te juegas el todo por el todo.
¿Qué quieres que pase a partir de hoy?
Después de leer estas 5 verdades incómodas, tienes dos caminos muy claros:
Opción 1: seguir como hasta ahora
Aceptar que cada par nuevo es otro parche.
Seguir con varias gafas repartidas por casa.
Seguir cansando tus ojos con cristales que no están pensados para tu día completo.
Dentro de seis meses, todo seguirá igual…
solo que habrás pagado más y tus ojos estarán un poco más agotados.
Opción 2: probar VisionPro sin riesgo
Dar el paso y probar unas únicas gafas pensadas para frenar de raíz
ese desgaste silencioso:
- Un solo par para casi todo tu día.
- Menos esfuerzos de enfoque.
- Menos dolores de cabeza, menos mal humor, más tranquilidad.
Si te funcionan, te quedas con ellas y disfrutas del cambio.
Si no, las devuelves dentro del plazo y recuperas tu dinero.
Da el paso antes de que tus gafas cuesten más que tu tranquilidad
Cada día que sigues con lo mismo,
tus ojos se adaptan a trabajar cansados
y tú te acostumbras a vivir con molestias que no tendrías por qué aguantar.
No puedes cambiar cuántos años tienes.
Pero sí puedes cambiar qué gafas pones delante de esos ojos
que te tienen que durar toda la vida.

Dr. Luis Herrera, (Oftalmólogo especialista)
“Veo a diario pacientes que llegan con tres o cuatro gafas distintas y aun así terminan el día con la vista agotada. En muchos casos, el problema no es el ojo en sí, sino el caos de soluciones que usan. Por eso me llamó la atención VisionPro: un solo par pensado para cubrir casi todas las distancias reales del día a día. En los pacientes que lo han probado, he visto menos quejas de dolor de cabeza, menos necesidad de estar quitando y poniendo gafas y, sobre todo, una frase que se repite: ‘por fin siento que mis gafas me ayudan, en vez de estorbarme’. No es una varita mágica, pero como concepto de sistema visual único y estable me parece mucho más sensato que seguir acumulando gafas “para todo y para nada”.”
PREGUNTAS FRECUENTES
¿Y si solo noto un poco de vista cansada, no es demasiado pronto para cambiar de gafas?
¿Y si solo noto un poco de vista cansada, no es demasiado pronto para cambiar de gafas?
La vista rara vez pasa de “un poco cansada” a “perfecta” sola. Ese “solo un poco” suele ser el aviso de que tus ojos llevan tiempo trabajando de más. Esperar suele significar llegar al punto en el que ya hay dolores de cabeza, irritabilidad y ganas de dejarlo todo. Elegir VisionPro ahora no es exagerar, es adelantarte al problema y evitar que tu día a día gire alrededor de lo que tus ojos ya no aguantan.
¿Me voy a marear con unas progresivas como VisionPro?
¿Me voy a marear con unas progresivas como VisionPro?
El mareo suele venir de dos cosas: progresivas mal diseñadas o mal adaptadas. VisionPro se plantean como un campo de visión estable, pensado para las distancias reales que usas (móvil, ordenador, lectura y casa), no como un “experimento raro”. Es normal notar algo diferente los primeros días, pero la mayoría de personas describe la sensación como pasar de ir “a trompicones” a ir mucho más fluida. Y si aun así notas que no te adaptas, tienes la tranquilidad de la garantía de devolución, sin quedarte atrapada con unas gafas que no te encajan.
¿Y si al final no noto tanta diferencia con respecto a mis gafas de siempre?
¿Y si al final no noto tanta diferencia con respecto a mis gafas de siempre?
Ese es el miedo más lógico: invertir y que todo siga igual. Por eso la idea con VisionPro no es que te enamores el primer minuto, sino que en unas semanas notes cambios muy concretos: menos dolores de cabeza, menos “espera, que no veo”, menos necesidad de levantar y bajar la gafa. Si no sientes esa mejora en tu día a día, no tiene sentido que te las quedes. Para eso está la garantía: te permite probar sin quedarte con la duda ni con el cargo de conciencia.
¿No es más seguro seguir en mi óptica de toda la vida que comprar unas gafas así?
¿No es más seguro seguir en mi óptica de toda la vida que comprar unas gafas así?
Tu óptica de siempre te conoce, sí, pero también tiene un modelo muy claro: venderte un par de gafas diferente para cada problema. Eso puede darte confianza, pero también te ata a una cadena de compras sin fin. VisionPro no compite con tu óptica, cambia el enfoque: en vez de trocear tu vida en muchas gafas, propone un solo sistema visual que cubra casi todo. Lo realmente seguro no es repetir lo de siempre, sino elegir una solución que te dé más control, más claridad y menos dependencia… con una prueba que te permite decir “no” sin perder tu dinero.
¿Y si no me veo favorecida con las monturas de VisionPro?
¿Y si no me veo favorecida con las monturas de VisionPro?
Ver bien no debería estar reñido con gustarte en el espejo. Una de las mayores resistencias a usar gafas todo el día es mirarte en una foto y pensar “parezco mayor”. VisionPro se plantea justo al revés: monturas pensadas para que te veas actual, cuidada y tú misma, no como “la señora de las gafas de batalla”. Si cada vez que te ves con ellas piensas “así sí”, es mucho más fácil que las lleves puestas… y si las llevas puestas, tus ojos están protegidos todo el día, no solo a ratos.
¿De verdad voy a poder usar un solo par para todo?
¿De verdad voy a poder usar un solo par para todo?
La duda es normal, porque llevas años oyendo lo contrario: gafas para leer, para ordenador, para conducir… VisionPro se diseña precisamente para romper esa dinámica. El cristal está calculado para crear un recorrido suave desde lejos hasta cerca, con una zona central muy cómoda para pantalla y entorno. ¿Significa que nunca más necesitarás nada más? En la mayoría de casos, no. Pero para el 90 % de tu día (móvil, trabajo, casa, calle, tele) la idea es clara: que no tengas que pensar qué gafa toca ahora, y eso es lo que te devuelve sensación de libertad.
¿Y si mi problema es el ordenador, no “la edad”?
¿Y si mi problema es el ordenador, no “la edad”?
La frase “es la edad” tapa muchas cosas. Pasar horas frente a una pantalla con gafas inadecuadas castiga la vista aunque tengas buena salud general. VisionPro se centra justo en ese punto: la zona clave del cristal está optimizada para la distancia de pantalla y documentos, que es donde tus ojos se dejan la energía cada día. No se trata de aceptar resignada que “es lo que hay”, sino de darle a tus ojos una herramienta que reduzca el esfuerzo y te permita acabar el día más despejada y menos quemada.
¿No será esto solo otra forma de venderme unas gafas más caras?
¿No será esto solo otra forma de venderme unas gafas más caras?
Es una duda muy sana, sobre todo si vienes de sentir que siempre hay un “extra” que sumar. La diferencia psicológica aquí es otra: el objetivo de VisionPro no es que compres más cosas, sino que dejes de necesitar tantas. Cambias varios pares que usas a medias por uno que usas de verdad. A nivel económico, suele salir más rentable invertir en un sistema que te acompañe todo el día que ir comprando gafas baratas que luego no solucionan el problema de fondo. Y saber que puedes devolverlas si no cumplen baja el miedo a sentirte engañada.
¿Y si mis ojos empeoran con el tiempo, tendré que cambiar otra vez?
¿Y si mis ojos empeoran con el tiempo, tendré que cambiar otra vez?
Es normal pensar “para qué voy a invertir si total, la vista irá a peor”. Pero hay una diferencia enorme entre dejar que tus ojos se cansen sin ayuda y darles un cristal que distribuya mejor el esfuerzo. Cuidar tu visión hoy no es un capricho: es una forma de que cada cambio futuro sea más suave, menos brusco y menos doloroso. Además, el hecho de tener un único sistema como VisionPro hace que cada ajuste posterior sea más sencillo: no tienes que actualizar cinco gafas, sino un solo par que lo hace todo.
¿Y si me da pereza todo el proceso de cambio y adaptación?
¿Y si me da pereza todo el proceso de cambio y adaptación?
La pereza es uno de los mayores ladrones de calidad de vida. Es fácil pensar “ya iré”, “ya lo haré”, y mientras tanto tus ojos siguen sumando horas de esfuerzo. Aquí la pregunta clave no es cuánto cuesta adaptarte a VisionPro, sino cuánto te está costando no hacer nada: dolores de cabeza, mal humor, depender de otros para leer cosas, sentir que tu día se rompe a cada momento por culpa de tus gafas. Dar el paso una vez para probar un solo par que simplifique tu vida es, en el fondo, elegir un futuro con menos fricción y más calma… y eso vale mucho más que la incomodidad temporal de cambiar.
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