Si acabas de comprar tu primera casa, esto es para ti.

Sobre todo si has visto una grieta pequeña.

Y te repites que “no es nada”.

Yo también lo hice.

Pensaba que las grietas eran sobre todo algo estético.

Pensaba que los daños de verdad empezaban cuando la grieta se hacía grande.

Me equivocaba.

Y esa idea equivocada me costó semanas de angustia.

Esta es mi historia.

Cómo pasé de la vergüenza y el pánico…

A la calma y el control a tiempo…

Con un aerosol sencillo llamado SealSpray™.

No soy profesional de la construcción.

No vendo nada.

Soy una propietaria primeriza que por fin entendió la pieza que me faltaba.

Y si estás en ese primer año lleno de dudas…

Quiero ahorrarte el espiral que viví yo.

Casa nueva, miedo nuevo que no esperaba

Tengo 34 años.

Mi marido y yo compramos nuestra primera casa el año pasado.

Estábamos orgullosos.

Ilusionados.

Sentíamos que por fin empezábamos una etapa muy nuestra.

Luego empezamos a notar cosas pequeñas.

Una grieta finísima cerca de una esquina exterior.

Una zona algo rugosa junto al borde del tejado.

Una línea demasiado marcada como para ignorarla.

Hice la pregunta típica.

“¿Esto es normal?”

Mi marido dijo que sí.

Mis amigos dijeron que sí.

Y en muchos sitios también se decía lo mismo.

Así que hice lo que hace casi todo el mundo al empezar.

Vi un vídeo.

Compré un sellador básico.

Sellé la grieta más visible.

Y seguí con mi vida.

Durante un tiempo.

La tormenta que me cambió la cabeza

Dos meses después, tuvimos una tormenta fuerte.

Nada extremo.

Pero sí lluvia constante.

A la mañana siguiente, pasé por el pasillo.

Y la vi.

Una mancha pequeña.

No enorme.

No estaba goteando.

Pero era una sombra marrón tenue.

Me quedé helada.

Porque mi cabeza no pensó en pequeño.

Se fue directa al peor pensamiento.

“¿Qué más estará mal en esta casa?”

Me entró un nudo en el estómago.

Y me sentí tonta.

Como si hubiera suspendido un examen que nadie me había avisado que existía.