La noche en la que quise dejar de querer a nadie

Tiempo de lectura: 2 min

Llegué a desear no sentir nada.

Un domingo por la noche, mirando el móvil sin ganas,

leí una frase que me atravesó:

“Ojalá fuera asexual.

Sería más fácil que querer algo que nunca llega.”

Era exactamente lo que yo estaba pensando.

No fantaseaba con sexo salvaje.

No fantaseaba con una historia de película.

Fantaseaba con algo mucho más triste:

Dejar de querer nada.

Porque cada pareja que veía por la calle,

cada mano entrelazada, cada beso en la parada del bus,

me mandaba el mismo mensaje:

“Esto es para otros.

Para ti, no.”

Si alguna vez has pensado

“a lo mejor la vida dolería menos si no quisiera amor”…

lo que voy a contarte es para ti.

El momento en el metro que me rompió por dentro

Mi “tocar fondo” no fue una gran escena dramática.

No hubo portazo ni rechazo fuerte.

Fue un día normal.

En un metro normal.

Delante de mí, una pareja normal.

No eran modelos.

No eran perfectos.

Solo dos personas:

  • abrazadas,

  • riéndose de una tontería del móvil,

  • tocándose como si fuera lo más natural del mundo.

Sentí una punzada física en el pecho.

No era envidia sexual.

Era otra cosa.

Un pensamiento:

“Yo nunca he tenido algo tan sencillo y cotidiano.”

No hablo de una relación larguísima.

Ni de un amor épico.

Hablo de:

  • una chica apoyada en mi hombro en público,

  • reírnos juntos de un meme absurdo,

  • sentir que soy “esa persona” para alguien.

De camino a casa, apareció otra idea:

“Igual mi vida sería más fácil si no quisiera esto.

Si simplemente dejara de desearlo.”

Pero luego llegó una segunda frase, más dura aún:

“Si sigo deseando y no hago nada por cambiar,

voy a seguir sufriendo igual… o peor.”

Esa noche lo vi claro:

o cambiaba algo de verdad,

o mi propio deseo iba a seguir comiéndome por dentro.

El dolor oculto: el “Deseo Sin Pruebas”

Durante mucho tiempo pensé que mi problema era sencillo:

“Quiero demasiado.”

“Soy muy intenso.”

“Debería conformarme y ya está.”

Pero no era eso.

El problema real era otro,

algo que ahora llamo “Dolor de Deseo Sin Pruebas”.

Te lo explico.

Mi deseo de amor no era el enemigo.

Lo que me destrozaba era esto:

  • Llevaba años deseando y casi ninguna prueba de que fuera posible para mí.

  • Cada día sin mensajes, sin citas, sin un simple abrazo,

    lo vivía como otra confirmación de que yo no estaba hecho para eso.

  • El deseo, en vez de darme energía,

    se convirtió en pura tortura:

“Quiero algo

que la vida me demuestra, día tras día, que no es para mí.”

Cuando vives así durante mucho tiempo,

tu mente empieza a inventar “soluciones” extremas:

  • “Mejor dejar de querer a nadie.”

  • “Más vale aceptar que siempre estaré solo.”

  • “Igual no he nacido para que me quieran.”

En el fondo, yo no quería ser asexual.

No iba contra la gente que lo es de verdad.

Lo que quería era

que dejara de doler tanto querer algo

que nunca llegaba.

Por qué “resignarse” tampoco funcionó

Intenté ser “maduro”.

Me dije:

  • “Céntrate en el trabajo.”

  • “Viaja más.”

  • “Disfruta de otras cosas y ya está.”

Intenté matar el deseo a base de distracciones.

No funcionó.

Porque:

  • Por la noche, la cama seguía vacía.

  • En las bodas, seguía siendo el amigo soltero apartado en una esquina.

  • Los domingos, seguía siendo el que volvía solo a casa.

También probé lo contrario:

  • Más aplicaciones.

  • Más mensajes.

  • Más “hola, ¿qué tal?” a desconocidas.

Pero por dentro seguía igual:

“Quieres algo que la vida no te da.

Así que algo mal habrá en ti.”

Hasta que un día, en un hilo larguísimo de un foro,

leí un comentario que me dio una bofetada…

y a la vez me abrió una puerta.

La pieza que faltaba: el deseo no es el problema… la ausencia de pequeñas pruebas sí

Alguien escribió:

“Tu deseo no te mata.

Lo que te mata es no tener ni una prueba

de que lo que quieres es posible para ti.”

Desarrollaba la idea:

  • Todos necesitamos pequeñas pruebas

    de que lo que queremos no es una fantasía loca.

  • Una mirada que se sostiene, un gesto de cariño,

    una cita que va bien,

    un “qué bien hueles” dicho en tono suave.

  • Sin eso, el cerebro decide:

    “Esto no es para ti. Deja de soñar.”

Y ahí aparece la fantasía:

“Si no puedo tenerlo, mejor dejar de desearlo.”

La solución no era:

  • Querer menos.

  • Apagar el corazón.

La solución era:

Conseguir aunque sea un par de momentos pequeños

que me demuestren que no estoy condenado.

No necesitaba una historia de amor perfecta.

No necesitaba una película.

Necesitaba una o dos señales reales.

La “Válvula de Esperanza Concreta”

En esa misma conversación,

varios tíos contaban algo curioso.

No hablaban de pastillas.

Ni de trucos raros.

Ni de manuales de “ligue”.

Hablaban de crear

una especie de “Válvula de Esperanza Concreta”.

¿Qué era eso?

En sencillo:

  • Dejar de vivir en el “todo o nada”

    (“o alguien me quiere o estoy roto”).

  • Empezar a darte pequeñas oportunidades

    de tener respuestas reales de mujeres:

  • una chica que se queda más rato hablando contigo,

  • alguien que arrima la silla un poco más,

  • un “hueles muy bien” dicho sin pensar.

Uno de ellos decía:

“Dejé de intentar matar mi deseo.

En vez de eso, le abrí una pequeña rendija

por la que pudiera entrar algo bueno.”

Muchos mencionaban lo mismo como esa “válvula”:

Un perfume masculino con feromonas suaves,

pensado para distancias cortas:

PheroPro.

No lo describían como magia.

Lo explicaban así:

“Es algo que coloca tu presencia física

un poco por encima de la media,

para que tu deseo tenga alguna oportunidad real

de recibir respuesta.”

Leí un montón de comentarios.

Y, por primera vez en tiempo,

sentí algo que creía perdido:

Un poco de esperanza.

La primera noche en la que no quise apagar lo que sentía

Pedí PheroPro.

Cuando llegó el paquete, casi me reí de mí mismo.

“¿En serio, Marcos? ¿Un perfume?”

Pero me había prometido una cosa:

“Si vas a seguir deseando,

por lo menos date una oportunidad seria

de conseguir pruebas de que no es imposible.”

Ese viernes había quedada con compañeros del trabajo

para tomar algo.

Antes de salir hice esto:

  • Ducha.

  • Ropa con la que me veía decente.

  • Dos pulverizaciones de PheroPro en el cuello.

  • Una en el pecho.

El olor me sorprendió:

Cálido.

Limpio.

Masculino, sin ser pesado.

No era una nube que lo invade todo.

Era más bien un halo suave, cercano.

En el bar, pasaron tres cosas pequeñas.

Pero para mí fueron enormes.

  • Una compañera de otro departamento me abrazó al saludar

    y dijo:

    “¡Qué bien hueles, así da gusto saludarte!”

  • Otra se acercaba cada vez que hablábamos

    y no se apartaba, aunque el bar estaba lleno.

  • Al irnos, una de ellas comentó:

    “La próxima nos sentamos otra vez cerca de Marcos,

    que se está muy a gusto.”

Esa noche volví andando a casa

y noté algo distinto dentro.

Seguía queriendo amor.

Seguía sin tener pareja.

Pero aquella frase pesada:

“Nadie va a sentir nunca nada por ti”

se había cambiado por otra:

“Hoy, al menos, he visto que alguien

ha disfrutado estando cerca de mí.”

No era el gran sueño aún.

Pero era una prueba.

Pequeña, real, concreta.

Qué es PheroPro (y qué no es)

Después de usar PheroPro varios meses,

yo lo describiría así:

  • Es un perfume masculino con feromonas suaves,

    pensado para el día a día.

  • Tiene un olor cálido, limpio y masculino,

    que funciona a corta distancia.

  • No llena el local, no empalaga.

  • Es más bien una “aura personal”

    que hace que la gente esté a gusto cerca de ti.

Lo que no hace:

  • No hipnotiza a nadie.

  • No sustituye tu personalidad.

  • No hace aparecer el amor de la nada.

Lo que sí puede hacer,

si lo integras en un pequeño ritual, es:

Convertir tu deseo, que antes era solo dolor,

en algo con oportunidades reales.

Te ayuda a:

  • Dejar de sentirte “transparente” cuando entras en un sitio.

  • Vivir más momentos de cercanía natural.

  • Ir acumulando pruebas de que tu deseo

    no es una tontería imposible.

Para quién es de verdad PheroPro

PheroPro es para ti si:

  • Has pensado “ojalá no quisiera a nadie

    para dejar de sufrir así”.

  • Sientes que tu deseo de amor

    solo te trae dolor porque nunca pasa nada.

  • Estás cansado de ver parejas

    y notar ese pinchazo en el pecho.

  • No buscas milagros,

    solo oportunidades reales

    de vivir momentos humanos, cálidos, normales.

PheroPro NO es para ti si:

  • Crees que un perfume va a arreglarte la vida solo.

  • Quieres manipular o engañar a nadie.

  • No estás dispuesto a salir de casa

    y dejar que el mundo te vea.

Cómo probar PheroPro sin jugarte demasiado

Lo bueno es que puedes probar PheroPro

sin arriesgar gran cosa.

  • Se compra en su página oficial, por internet.

  • Muchas veces tienen descuentos por packs,

    para usarlo varias semanas seguidas

    y ver cómo te sientes.

  • Y tienen garantía de devolución del dinero

    si no te convence el olor

    o no notas ninguna diferencia.

Es decir:

Puedes comprobar si tu “Deseo Sin Pruebas”

empieza a cambiar

por menos de lo que te gastas

en una noche de salir por ahí.

Dos caminos desde hoy

Puedes seguir como hasta ahora:

  • Deseando no sentir nada.

  • Apartando la mirada cada vez que ves una pareja.

  • Repitiéndote que es mejor no querer

    que querer algo que nunca llega.

O puedes probar algo pequeño,

pero real:

  • Crear un ritual sencillo con PheroPro.

  • Ir a ese bar, a esa oficina, a ese plan

    con tu presencia un paso por encima de “lo neutro”.

  • Dejar que la vida tenga, al menos,

    una rendija por la que responderte.

Si, en el fondo,

no quieres dejar de sentir,

si lo que quieres de verdad

es tener pruebas

de que no estás condenado a estar solo…

mi consejo es claro

Puede que dentro de unos meses

sigues deseando amor, sí.

Pero en vez de pensar

“ojalá fuera asexual para no sufrir”,

puede que pienses:

“No es fácil.

Pero ya no es imposible para mí.

Y esa pequeña diferencia

es lo que mantiene viva mi esperanza.”

Ir directamente a la información del producto

PheroPro™ - Eau de Parfum con Feromonas / En Oferta

PheroPro™ - Eau de Parfum con Feromonas / En Oferta

 (1.353 opiniones)
Precio habitual 29,99€
Precio habitual 29,99€ Precio de oferta 40,00€
Agotado
Ver todos los detalles

Dr. Javier Molina (Psicólogo social especializado en relaciones y autoestima masculina)

“Lo que más me impresiona de PheroPro no es solo el olor, sino el cambio de conducta que desencadena. Trabajo con hombres que no están rotos, pero sí atascados en la idea de que el amor ‘no es para ellos’. Cuando incorporamos PheroPro dentro de un pequeño ritual de cuidado personal, muchos empezaron a salir más de casa, a sostener la mirada y a colocarse en sitios donde antes se escondían. Las feromonas crean un entorno sensorial más favorable, sí, pero lo verdaderamente importante es que el hombre deja de verse como alguien “del montón” y empieza a sentirse merecedor de ser percibido y deseado. Desde mi punto de vista profesional, PheroPro es una herramienta útil para romper el círculo de ‘no me ven, así que no lo intento’ y transformarlo en ‘me presento mejor, me siento mejor… y por fin empiezo a recibir respuestas reales’.”

PREGUNTAS FRECUENTES

¿Y si al final PheroPro no funciona conmigo y solo pierdo dinero?

Es una duda muy normal. Lo importante es entender qué esperas que pase. PheroPro no es una varita mágica, pero sí puede ser el primer paso real para dejar de ser “el tío que no deja huella”. No se trata de que de repente todas se giren, sino de empezar a recibir pequeñas señales nuevas: un “qué bien hueles”, una conversación que se alarga, alguien que se sienta a tu lado pudiendo elegir otro sitio. Esas micro pruebas son las que cambian tu cabeza de “el amor no es para mí” a “igual sí que tengo algo que aportar”. Si entras con esa expectativa realista, el riesgo baja muchísimo y el potencial de cambio sube.

Lo realmente triste es seguir años igual por orgullo. No usas PheroPro porque estés roto, sino porque quieres dejar de jugar con desventaja. Otros llevan años acumulando experiencias, confianza, historias. Tú solo estás usando una herramienta para que tu presencia pase de neutra a memorable, sin dejar de ser tú. No es “sin esto no valgo”, es: “con esto dejo de ponerme palos en las ruedas”.

No. Y si pasara, no tendría sentido. PheroPro no cambia tu personalidad, cambia la sensación que generas de cerca: hueles más cálido, más adulto, más seguro. Sigues siendo tú, con tu humor, tu forma de hablar, tus gestos… solo que tu cuerpo deja de mandar el mensaje de “chico neutro que pasa desapercibido” y empieza a mandar “hombre con el que se está a gusto cerca”. Esa diferencia es enorme, pero no requiere que actúes ni que te vuelvas un personaje.

Justo para ese perfil tiene mucho sentido. Todo lo que hemos trabajado aquí no va solo de discotecas: va de oficina, bares tranquilos, afterworks, quedadas con amigos, transporte público… Sitios donde hoy eres “uno más” y donde mañana puedes ser “el que huele muy bien y transmite calma”. Si pasas muchas horas en el trabajo o en entornos normales, tener una presencia sensorial por encima de la media ahí es una ventaja silenciosa.

Lo que sería engañar es prometerles una versión de ti que no existe. PheroPro no fabrica sentimientos, simplemente hace que tu presencia no se pierda en el ruido de fondo. Ellas siguen eligiendo, sintiendo y decidiendo igual; tú solo dejas de entrar desarmado. No estás manipulando emociones, estás evitando que tu cuerpo mande el mensaje de “no hay nada que ver aquí”. Es una mejora de presentación, no un truco sucio.

Ese miedo viene de colonias baratas o muy agresivas. Justo la idea de PheroPro, tal y como lo hemos planteado, es lo contrario: un halo cercano, cálido y discreto, que se nota a un par de palmos, no desde la puerta del bar. Quien se acerca piensa “qué bien huele este tío”, no “ha vaciado el frasco encima”. El objetivo es que asocien tu olor a comodidad y atracción tranquila, no a intento desesperado.

Este pensamiento es uno de los que más daño hace. Con todo lo que hemos visto, la clave es entender algo: no tienes que recuperar diez años en una semana. Lo que necesitas son primeras experiencias normales: una cita que fluye, una noche abrazado, una historia que contar sin inventar. PheroPro no borra el pasado, pero puede ser el empujón para empezar a crear esos momentos que te faltan. Cada recuerdo nuevo es una patada a la idea de “ya es tarde para mí”.

Ese miedo es legítimo, porque ya vienes de muchos intentos fallidos. Por eso aquí no te estamos vendiendo “antes y después” de película, sino algo más honesto: “antes sin pruebas, después con pruebas pequeñas pero reales”. No esperes que PheroPro haga el trabajo solo; úsalo como parte de un ritual: cuidarte, vestirte bien, salir aunque dé pereza, abrirte un poco más. Así no depositas toda la ilusión en un frasco, sino en un proceso en el que tú también cambias.

Lo que suelen notar, si dices algo, es simplemente: “me gusta cómo hueles”. El 99 % no va a pensar “este lleva feromonas”, va a pensar “este tío se cuida y tiene un olor muy agradable”. Si alguna vez sale el tema, la lectura inconsciente es positiva: hombre que presta atención a los detalles, que se preocupa por cómo se siente la otra persona a su lado. Muy lejos de algo sospechoso, eso se percibe como madurez y autocuidado.

Justamente ese es el corazón de todo este trabajo. Si sientes que tu deseo te castiga, que ver parejas te duele y que tu historia está vacía, PheroPro no es “el premio”, es la palanca. Un modo de pasar de “nunca pasa nada” a “empiezan a pasar cosas pequeñas que me demuestran que no soy invisible”. No te promete amor inmediato; te promete oportunidades reales para que dejes de ver tu deseo como una condena y empieces a verlo como algo que, por fin, tiene por dónde entrar en tu vida.

Lo que opinan nuestros clientes

4.9

+1353 Opiniones

Carlos M
Compra Verificada
OCT 2025
Este perfume es MÁGICO desde que lo llevo puesto, es increíble, solo tengo éxito con las mujeres. Demasiado éxito por la noche, ya no sé a cuál elegir.
David G
Compra Verificada
OCT 2025
Una mujer me dijo que olía irresistiblemente bien… Claramente, este perfume hace su efecto.
Marco M
Compra Verificada
OCT 2025
Huele demasiado bien, es un olor muy atractivo y es una locura. Guau.

¿Por qué confiar en nosotros?

  Otros
Envíos en 24/48h
Atención PostCompra
Pago en la entrega