Esta empieza con algo todavía más ridículo.

Tiempo de lectura: 2 min

Me di cuenta de que, para las mujeres, no existía

Tengo 32 años.

Tengo trabajo, amigos, mi propio piso.

Sobre el papel, soy un tío normal.

Pero esa noche en el bar entendí algo horrible:

Para las mujeres, yo no existía.

Salí con tres amigos del curro.

El mismo bar de siempre.

La misma música.

El mismo grupo de chicas que siempre acaba cerca de nuestra mesa.

Mi amigo Dani estaba contando una historia absurda.

Ni siquiera tenía gracia.

Pero la chica de delante se reía como si estuviera viendo una serie.

Se inclinó hacia él.

Le tocó el hombro.

Para ir a la barra, se apoyó medio segundo en mi pecho. Pero no en plan “hola, qué tal”.

En plan “eres una farola que me estorba y tengo que rodear”.

Miré a mi alrededor.

Llevaba allí dos horas.

Ni una sola chica me había mirado a los ojos.

Ni una sola vez.

Volviendo a casa esa noche, no paraba de pensar:

“Existo en el trabajo.

Existo en los papeles.

Pero para las mujeres, soy invisible.

Si alguna vez te has sentido así…

Como si fueras el extra de tu propio grupo de amigos…

Por favor, sigue leyendo.

Porque lo que descubrí después me dejó helado.

Y cambió la forma en la que las mujeres reaccionan conmigo de una forma que nunca creí posible.

Intenté arreglar lo que NO era el problema

Durante años hice lo que todo el mundo dice que hay que hacer.

Me apunté al gimnasio.

Compré ropa mejor.

Probé cortes de pelo nuevos y estilos de barba.

Incluso pagué una vez a un “coach de citas” para una videollamada. (Me da vergüenza solo recordarlo).

Todo eso ayudó un poco.

Salía algo mejor en las fotos.

Tenía algún que otro “match” más en aplicaciones.

Pero en la vida real…

En bares, en el trabajo, en fiestas…

No cambió nada.

Yo seguía siendo el tío que las chicas usaban de poste para pasar.

Mis amigos se llevaban las risas, los toques en el brazo, el “tenemos que quedar un día”.

Yo me llevaba… “¿nos puedes hacer una foto, por favor?”

Después de aquella noche en el bar, toqué fondo.

Algo dentro de mí se rompió.

“Tiene que haber una razón”, pensé.

“No puedo ser tan feo. ¿Qué me estoy perdiendo?”

Así que hice lo que hace cualquier tío de 32 que se siente roto.

Me metí en un agujero negro de Internet a las tantas de la madrugada.

La “Brecha de Señales Invisibles” de la que nadie habla

Empecé a leer foros.

Publicaciones en Reddit.

Incluso algún artículo “científico” que casi ni entendía.

Y una idea se repetía una y otra vez, con distintas palabras:

Las mujeres no reaccionan solo a lo que ven.

Reaccionan a lo que sienten a tu alrededor.

No solo “confianza”.

Algo más profundo.

Pequeñas cosas como:

  • Cómo de tranquilo está tu cuerpo.

  • A qué distancia te colocas.

  • Y sí… cómo hueles cuando se acercan.

Encontré una frase que me dio directo en el estómago:

“La mayoría de hombres hoy huelen a detergente y a aire de oficina.”

Ese era yo.

Me di cuenta de que tenía una Brecha de Señales Invisibles.

En palabras sencillas:

  • Yo estaba obsesionado con lo que se ve: camisetas, zapatillas, pelo.

  • Pero mi olor y mi ambiente estaban totalmente planos.

  • Mi gel, mi champú y mi desodorante barato borraban cualquier olor natural.

  • Así que, para el cerebro de las mujeres, yo no era “feo”.

  • Era simplemente ruido de fondo.

Sus ojos me veían.

Pero sus sentidos más profundos no tenían nada a lo que agarrarse.

Ni calidez.

Ni “este tío parece interesante”.

Solo… neutro.

Y al cerebro le encanta ahorrar energía.

Si eres neutro, el cerebro te archiva como: “ignorar, no es importante”.

Y entonces me vino un pensamiento loco:

“¿Y si el problema no es mi cara?

¿Y si mi cuerpo no está enviando ninguna señal interesante?”

La rara “Señal de Atracción Codificada” con la que di de casualidad

A las dos de la mañana, una noche, encontré un hilo larguísimo donde varios tíos hablaban de colonias con feromonas.

La mitad decía que era un timo.

La otra mitad decía: “no es magia, pero la gente actúa distinto conmigo”.

Yo era escéptico.

Pero, escondido en los comentarios, un chico dijo algo que se me quedó grabado:

“El cambio real no es que las mujeres se vuelvan locas.

Es que te sientes distinto en tu propia piel.

Y a eso es a lo que ellas reaccionan.”

Eso sí tenía sentido.

Seguí buscando hasta que encontré una marca pequeña que hacía un perfume con feromonas para hombres que no prometía “conquista a cualquier mujer” ni otras cosas cutres.

En vez de eso, hablaban de algo que llamaban Señal de Atracción Codificada.

En castellano del día a día:

  • Un olor sutil, cálido y masculino que se queda pegado a tu piel.

  • No una nube que mata a medio bar.

  • Un “halo” que solo se nota de verdad a distancia de conversación.

  • Mezclado con notas que muchas personas sienten como acogedoras y seguras.

La idea era simple:

Darle a tu cuerpo un “código” agradable y atractivo que el cerebro de una mujer pueda notar y recordar.

No era “échate esto y serás modelo”.

Era: “échate esto y deja de oler a sala de espera de ambulatorio.”

Eso sí me lo podía creer.

Pedí tres frascos.

(Tenían oferta y, siendo sincero, estaba desesperado).

La primera noche que decidí probarlo

El paquete llegó un viernes.

Teníamos otra noche de bar.

Los mismos amigos.

El mismo sitio.

Prueba perfecta.

Me duché.

Me sequé.

El corazón me iba como antes de un examen.

Dos pulverizaciones en el cuello.

Una en el pecho.

Listo.

¿A qué olía?

Cálido.

Un poco dulce.

Masculino, pero no en plan “vestuario de gimnasio”.

Y pasó algo raro al momento:

Me gustó cómo olía yo.

Parece una tontería, pero nunca me había parado a eso.

Por primera vez en años, me miré al espejo y pensé:

“Si yo fuera una chica cerca de mí ahora mismo… al menos me apetecería estar a mi lado.”

Fui andando al bar sintiéndome… no como un guaperas… pero sí menos invisible.

Las pequeñas cosas que noté esa noche

Esto fue lo que cambió aquella primera noche:

Mi cara y mi cuerpo…

Exactamente iguales.

La misma ropa.

El mismo pelo.

La misma risa rara.

Pero:

  • La camarera no me preguntó dos veces qué estaba tomando. Se acordó la segunda vez y dijo, con una sonrisa: “ya repites, ¿eh?”.

  • Cuando me incliné para hablar con una chica cerca de nuestro grupo, no se echó hacia atrás como me suele pasar.

  • En un momento, una chica rozó mi brazo y dijo: “por cierto, hueles muy bien siempre”.

Nadie se me tiró encima.

Nadie me arrancó la camiseta.

Pero por primera vez en años, vi algo nuevo:

Las mujeres me aguantaban la mirada.

Una incluso se acercó más cuando le hablaba, en vez de alejarse.

Esa noche volví a casa con otra frase en la cabeza:

“Igual no soy invisible.

Igual solo necesitaban que hubiera algo en mí que notar.”

Lo que aprendí (y por qué estoy escribiendo esto)

Mira, no soy científico.

Soy solo un tío normal de 32 que se cansó de sentirse como un fantasma.

No creo que ninguna colonia pueda “controlar” a una mujer.

Eso es mentira.

Pero sí creo esto:

Cuando cambias las señales que envía tu cuerpo,

cambias la forma en la que la gente reacciona.

Esta colonia con feromonas hizo dos cosas muy grandes por mí:

  1. Mató mi olor a “aire de oficina” y lo cambió por un olor cálido y masculino.

  2. Me hizo sentir distinto dentro de mi propia piel, y eso cambió cómo caminaba, cómo me colocaba y cómo hablaba.

Las mujeres notaron eso.

Pequeñas cosas al principio.

Luego cosas más grandes.

Una compañera de trabajo empezó a venir más a menudo a mi mesa “sin motivo”.

Una amiga de una amiga pidió mi Instagram por primera vez en la vida.

¿Se enamoraron todas de mí?

Por supuesto que no.

Pero dejé de ver un 0% de respuesta y empecé a ver pequeños “sí”.

Para alguien que llevaba años sintiéndose invisible, eso es enorme.

Entonces… ¿qué es exactamente?

El producto que uso es un perfume masculino con feromonas, de una empresa pequeña que se centra en una atracción sutil y real, no en promesas locas.

Por eso sigo usándolo:

  • Tiene un olor cálido y sutil, nada de “spray juvenil de vestuario”.

  • Está pensado para quedarse cerca de la piel, así que funciona mejor en conversaciones reales, no desde la otra punta del local.

  • Usa una mezcla de componentes tipo feromona con notas suaves, para que tú te sientas relajado y con los pies en la tierra cuando lo llevas.

  • Dura horas, no tienes que estar echándotelo cada momento.

Me gustó tanto que ahora tengo un frasco en casa y otro en la mochila.

Algún amigo me ha preguntado qué llevo.

Dos se lo han comprado después de salir conmigo una noche.

Para quién es (y para quién NO)

Es para ti si:

  • Estás harto de sentirte invisible delante de las mujeres.

  • Ya has probado ropa, gimnasio, pelo… y sigues siendo el fondo.

  • Quieres una pequeña ayuda real en situaciones sociales cercanas.

NO es para ti si:

  • Crees que un spray va a arreglar una mala actitud.

  • Quieres manipular o faltar el respeto a las mujeres.

  • Esperas resultados de película.

Para mí, es una herramienta más.

Pero fue la primera herramienta que atacó mi problema a nivel de señal, no solo de espejo.

Cómo probarlo sin riesgo

Ahora mismo, la empresa deja a nuevos clientes comprobar la disponibilidad en su web y suele tener ofertas de varios frascos.

Cada pedido que he hecho venía con una garantía de devolución del dinero.

Si no notas diferencia, o si el olor no te gusta, lo puedes devolver y te devuelven el dinero. Sin historias.

Puedes probar tu propia “brecha de señales invisibles” por lo que te cuesta una noche de copas.

Si eres como yo era, ya sabes cómo va a ser el próximo año si no cambias nada:

Los mismos bares.

El mismo trabajo.

La misma sensación de entrar en sitios y desaparecer.

O…

Puedes decidir que esta noche es tu paseo de vuelta a casa, ese en el que por fin admites:

“Se acabó ser invisible.”

Si ese eres tú, mi consejo sincero, de un tío que conoce bien ese dolor, es muy simple:

Pruébalo la próxima vez que salgas o incluso solo en el trabajo.

Fíjate en las señales pequeñas:

  • Ese segundo extra de contacto visual.

  • Ese “qué bien hueles” dicho casi sin pensar.

  • Ese amigo o amiga que de repente se coloca un poco más cerca cuando habláis.

Esos son los momentos que te susurran algo que ningún foro te va a dar nunca:

“Nunca estuviste roto.

Solo estabas enviando las señales equivocadas.”

Ir directamente a la información del producto

PheroPro™ - Eau de Parfum con Feromonas

PheroPro™ - Eau de Parfum con Feromonas

 (1.353 opiniones)
Precio habitual 29,99€
Precio habitual 29,99€ Precio de oferta 40,00€
Agotado
Ver todos los detalles

Dr. Javier Molina (Psicólogo social especializado en relaciones y autoestima masculina)

“Lo que más me impresiona de PheroPro no es solo el olor, sino el cambio de conducta que desencadena. Trabajo con hombres que no están rotos, pero sí atascados en la idea de que el amor ‘no es para ellos’. Cuando incorporamos PheroPro dentro de un pequeño ritual de cuidado personal, muchos empezaron a salir más de casa, a sostener la mirada y a colocarse en sitios donde antes se escondían. Las feromonas crean un entorno sensorial más favorable, sí, pero lo verdaderamente importante es que el hombre deja de verse como alguien “del montón” y empieza a sentirse merecedor de ser percibido y deseado. Desde mi punto de vista profesional, PheroPro es una herramienta útil para romper el círculo de ‘no me ven, así que no lo intento’ y transformarlo en ‘me presento mejor, me siento mejor… y por fin empiezo a recibir respuestas reales’.”

PREGUNTAS FRECUENTES

¿Y si al final PheroPro no funciona conmigo y solo pierdo dinero?

Es una duda muy normal. Lo importante es entender qué esperas que pase. PheroPro no es una varita mágica, pero sí puede ser el primer paso real para dejar de ser “el tío que no deja huella”. No se trata de que de repente todas se giren, sino de empezar a recibir pequeñas señales nuevas: un “qué bien hueles”, una conversación que se alarga, alguien que se sienta a tu lado pudiendo elegir otro sitio. Esas micro pruebas son las que cambian tu cabeza de “el amor no es para mí” a “igual sí que tengo algo que aportar”. Si entras con esa expectativa realista, el riesgo baja muchísimo y el potencial de cambio sube.

Lo realmente triste es seguir años igual por orgullo. No usas PheroPro porque estés roto, sino porque quieres dejar de jugar con desventaja. Otros llevan años acumulando experiencias, confianza, historias. Tú solo estás usando una herramienta para que tu presencia pase de neutra a memorable, sin dejar de ser tú. No es “sin esto no valgo”, es: “con esto dejo de ponerme palos en las ruedas”.

No. Y si pasara, no tendría sentido. PheroPro no cambia tu personalidad, cambia la sensación que generas de cerca: hueles más cálido, más adulto, más seguro. Sigues siendo tú, con tu humor, tu forma de hablar, tus gestos… solo que tu cuerpo deja de mandar el mensaje de “chico neutro que pasa desapercibido” y empieza a mandar “hombre con el que se está a gusto cerca”. Esa diferencia es enorme, pero no requiere que actúes ni que te vuelvas un personaje.

Justo para ese perfil tiene mucho sentido. Todo lo que hemos trabajado aquí no va solo de discotecas: va de oficina, bares tranquilos, afterworks, quedadas con amigos, transporte público… Sitios donde hoy eres “uno más” y donde mañana puedes ser “el que huele muy bien y transmite calma”. Si pasas muchas horas en el trabajo o en entornos normales, tener una presencia sensorial por encima de la media ahí es una ventaja silenciosa.

Lo que sería engañar es prometerles una versión de ti que no existe. PheroPro no fabrica sentimientos, simplemente hace que tu presencia no se pierda en el ruido de fondo. Ellas siguen eligiendo, sintiendo y decidiendo igual; tú solo dejas de entrar desarmado. No estás manipulando emociones, estás evitando que tu cuerpo mande el mensaje de “no hay nada que ver aquí”. Es una mejora de presentación, no un truco sucio.

Ese miedo viene de colonias baratas o muy agresivas. Justo la idea de PheroPro, tal y como lo hemos planteado, es lo contrario: un halo cercano, cálido y discreto, que se nota a un par de palmos, no desde la puerta del bar. Quien se acerca piensa “qué bien huele este tío”, no “ha vaciado el frasco encima”. El objetivo es que asocien tu olor a comodidad y atracción tranquila, no a intento desesperado.

Este pensamiento es uno de los que más daño hace. Con todo lo que hemos visto, la clave es entender algo: no tienes que recuperar diez años en una semana. Lo que necesitas son primeras experiencias normales: una cita que fluye, una noche abrazado, una historia que contar sin inventar. PheroPro no borra el pasado, pero puede ser el empujón para empezar a crear esos momentos que te faltan. Cada recuerdo nuevo es una patada a la idea de “ya es tarde para mí”.

Ese miedo es legítimo, porque ya vienes de muchos intentos fallidos. Por eso aquí no te estamos vendiendo “antes y después” de película, sino algo más honesto: “antes sin pruebas, después con pruebas pequeñas pero reales”. No esperes que PheroPro haga el trabajo solo; úsalo como parte de un ritual: cuidarte, vestirte bien, salir aunque dé pereza, abrirte un poco más. Así no depositas toda la ilusión en un frasco, sino en un proceso en el que tú también cambias.

Lo que suelen notar, si dices algo, es simplemente: “me gusta cómo hueles”. El 99 % no va a pensar “este lleva feromonas”, va a pensar “este tío se cuida y tiene un olor muy agradable”. Si alguna vez sale el tema, la lectura inconsciente es positiva: hombre que presta atención a los detalles, que se preocupa por cómo se siente la otra persona a su lado. Muy lejos de algo sospechoso, eso se percibe como madurez y autocuidado.

Justamente ese es el corazón de todo este trabajo. Si sientes que tu deseo te castiga, que ver parejas te duele y que tu historia está vacía, PheroPro no es “el premio”, es la palanca. Un modo de pasar de “nunca pasa nada” a “empiezan a pasar cosas pequeñas que me demuestran que no soy invisible”. No te promete amor inmediato; te promete oportunidades reales para que dejes de ver tu deseo como una condena y empieces a verlo como algo que, por fin, tiene por dónde entrar en tu vida.

Lo que opinan nuestros clientes

4.9

+1353 Opiniones

Carlos M
Compra Verificada
DIC 2025
Este perfume es MÁGICO desde que lo llevo puesto, es increíble, solo tengo éxito con las mujeres. Demasiado éxito por la noche, ya no sé a cuál elegir.
David G
Compra Verificada
DIC 2025
Una mujer me dijo que olía irresistiblemente bien… Claramente, este perfume hace su efecto.
Marco M
Compra Verificada
DIC 2025
Huele demasiado bien, es un olor muy atractivo y es una locura. Guau.

¿Por qué confiar en nosotros?

  Otros
Envíos en 24/48h
Atención PostCompra
Pago en la entrega