Mi hijo dijo “no puedo”, y se me rompió algo.
Tiempo de lectura: 2 min
El momento que no se me olvida
Le puse un folio delante.
Unas ceras.
Y tiempo.
Mi hijo me miró muy serio y soltó:
“No puedo dibujar.”
Luego empujó todo a un lado.
Sin rabieta.
Sin drama.
Con esa vergüenza silenciosa que duele más.
Yo sonreí para no preocuparle.
Pero por dentro me hundí.
Porque no era pereza.
Era algo peor.
Era esa idea pequeña y peligrosa de:
“Yo no soy capaz.”
Lo que me daba miedo de verdad
No era solo el dibujo.
Era el mensaje que podía quedarse en su cabeza.
Que empezara a verse menos capaz.
Que evitara lo creativo.
Que eligiera apartarse antes de intentarlo.
Porque he visto ese patrón en otros niños.
Y sé cómo crece.
Primero es:
“no puedo”.
Luego es:
“no quiero”.
Y un día es:
“eso no es para mí”.
Lo que intenté y por qué no funcionó
Hice lo que hacemos muchos padres.
Le animé.
Le dije que no importaba hacerlo perfecto.
Le puse ejemplos sencillos.
Le busqué ideas.
Le compré cuadernos.
Pero cada intento era igual.
Dos minutos.
Y otra vez:
“no sé”.
“me sale mal”.
“no puedo”.
Y mi hijo empezó a evitarlo.
Yo veía cómo se cerraba.
Y sentía un nudo en el pecho.
El 99% de lo que creemos saber
Yo pensaba que el problema era sencillo.
Que solo necesitaba práctica.
O más motivación.
O más tiempo conmigo.
Ese es el 99% que todos suponemos.
Pero el 1% que estaba faltando era otro.
Y cuando lo entendí, todo encajó.
El problema real
La hoja en blanco no es un juego para todos los niños.
Para muchos, se siente como un examen.
Un “haz algo bonito”.
Un “demuestra que sabes”.
Y si un niño falla varias veces al empezar…
Su cerebro aprende una regla de protección:
“Mejor no lo intento.”
No porque no tenga creatividad.
Sino porque el inicio sin guía le da miedo.
Yo lo llamo miedo al inicio sin guía.
Y es más común de lo que parece.
La señal que me abrió los ojos
Un día, en una merienda familiar, otro niño se puso a dibujar.
Mi hijo se acercó.
Miró.
Se quedó quieto.
Y al rato me dijo muy bajito:
“Él sí sabe.”
Fue una frase pequeña.
Pero me cayó como una piedra.
Porque ahí entendí que esto ya no era una actividad más.
Era su confianza.
La conversación que cambió mi enfoque
Se lo conté a una madre del colegio.
Sin adornos.
“Se frustra enseguida.”
“Dice que no sabe.”
“Le da miedo hacerlo mal.”
Ella me dijo algo muy simple:
“Quizá no necesita más ideas.”
“Necesita un primer paso fácil.”
Y entonces me habló de KidFun™.
Una mesa de dibujo con proyección.
Que marca la figura.
Guía el inicio.
Y convierte el “no puedo” en un “mira lo que he hecho”.
Yo era escéptica.
Pero estaba cansada de verle rendirse.
Por qué KidFun™ encaja justo con este problema
Lo que me gustó no fue “dibujar mejor”.
Fue el mecanismo.
KidFun™ elimina el miedo del inicio.
No hay hoja en blanco.
No hay salto al vacío.
Hay una guía visual clara.
El niño solo tiene que seguir el camino.
Y así ocurre algo clave:
consigue un logro rápido.
Un logro que se ve.
Que se enseña.
Que se celebra.
Y eso cambia su forma de verse.
Pasa de:
“no puedo”
a
“soy capaz”.
La primera tarde que lo vi con mis ojos
Lo monté un sábado.
Sin presión.
Sin convertirlo en una lección.
Solo lo dejé listo.
Mi hijo se acercó curioso.
Encendió la proyección.
Y empezó.
Yo me preparé para la frustración habitual.
Pero no llegó.
Se quedó concentrado.
Haciendo trazos.
Corrigiendo sin enfadarse.
Como si por fin tuviera un carril seguro.
A los 10 minutos me enseñó su dibujo.
Con una sonrisa enorme.
Y dijo:
“Me ha salido.”
Esa frase valía más que cualquier dibujo.
El cambio real no fue artístico
No te voy a decir que ahora es un artista.
No va de eso.
Va de algo más importante.
Ahora se atreve.
Ahora empieza.
Ahora se queda un poco más.
Y cuando algo no sale perfecto…
No lo tira.
No se esconde.
Lo intenta otra vez.
Eso, para mí, es la verdadera victoria.
Para quién creo que es ideal
KidFun™ me parece especialmente útil si tu hijo:
- tiene entre 3 y 7 años
- se bloquea con la hoja en blanco
- se compara mucho con otros niños
- necesita una guía visual para arrancar
- se rinde rápido cuando algo no sale a la primera
Lo que más me tranquiliza como madre
Yo no buscaba un juguete bonito.
Buscaba paz mental.
Quería sentir que estaba ayudándole de verdad.
Sin gritos.
Sin presión.
Sin convertir su creatividad en una obligación.
Con KidFun™ sentí que por fin tenía una herramienta amable.
Una que no le empuja.
Le acompaña.
Dónde lo conseguí
Yo compré KidFun™ en la página oficial.
No soy la marca.
Solo una madre compartiendo lo que nos funcionó.
Te recomiendo comprobar disponibilidad.
Estas cosas suelen agotarse cuando empiezan a correr entre padres.
Y si la web muestra garantía de devolución, léela con calma.
A mí me dio confianza para probarlo sin miedo.
Dos caminos desde aquí
Puedes seguir esperando a que la confianza creativa aparezca sola.
O puedes darle a tu hijo un inicio guiado que haga fácil lo difícil.
Porque a veces el problema no es el talento.
Es el miedo a empezar.
Y cuando ese miedo se rompe…
aparecen cosas preciosas.
Si quieres ver si KidFun™ sigue disponible…

Lucía Martín (Psicopedagoga infantil)
En consulta veo algo muy frecuente en niños de 3 a 7 años: no es que no sean creativos, es que se bloquean al empezar. La hoja en blanco puede sentirse como una prueba, y cuando un niño falla varias veces, aprende a evitarlo. Por eso KidFun™ me parece una herramienta muy acertada. La proyección ofrece un inicio guiado y amable, reduce el miedo a equivocarse y ayuda a lograr pequeñas victorias visibles que fortalecen la confianza. También es una opción muy útil para familias que buscan actividades tranquilas sin pantallas, sobre todo en tardes largas o días de interior. Si el objetivo es que el niño pase del “no puedo” al “mira lo que he hecho” sin presión, KidFun™ encaja muy bien.
PREGUNTAS FRECUENTES
¿Para qué edades está recomendado KidFun™?
¿Para qué edades está recomendado KidFun™?
KidFun™ está pensado principalmente para niños de 3 a 7 años, cuando más ayuda tener un inicio guiado y fácil en actividades creativas.
¿Y si mi hijo no suele dibujar o se frustra rápido?
¿Y si mi hijo no suele dibujar o se frustra rápido?
Precisamente es uno de los perfiles que más se beneficia, porque la proyección le da un primer paso claro y reduce el miedo a empezar.
¿Necesita que un adulto esté encima todo el rato?
¿Necesita que un adulto esté encima todo el rato?
No. La idea es que el niño pueda empezar y mantenerse ocupado con menos guía del adulto.
¿Sirve para reducir el uso de pantallas?
¿Sirve para reducir el uso de pantallas?
Puede ayudar mucho como alternativa rápida y atractiva para que el niño pida juego antes que pantalla.
¿Ocupa mucho espacio en casa?
¿Ocupa mucho espacio en casa?
Está diseñada para ser compacta y fácil de colocar en un rincón del salón o del cuarto de juegos.
¿Es complicado de usar o montar?
¿Es complicado de usar o montar?
No. Su uso es sencillo e intuitivo para que el niño pueda empezar sin frustración ni pasos largos.
¿Mi hijo se cansará rápido como con otros juguetes?
¿Mi hijo se cansará rápido como con otros juguetes?
Al tener variedad de dibujos y un inicio guiado, suele mantener el interés más tiempo que actividades que requieren inventar desde cero.
¿Ayuda en días de lluvia o cuando no se puede salir?
¿Ayuda en días de lluvia o cuando no se puede salir?
Sí, es uno de los momentos en los que más se nota, porque ofrece una actividad calmada y fácil de iniciar dentro de casa.
¿Es seguro para niños pequeños?
¿Es seguro para niños pequeños?
Está pensado para uso infantil, con un formato estable y orientado a actividades tranquilas y supervisables en casa.
¿Qué pasa si no encaja con nuestro día a día?
¿Qué pasa si no encaja con nuestro día a día?
Si tu tienda ofrece garantía o devolución, puedes probarlo con tranquilidad y decidir según vuestra experiencia real en casa.
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