Las 5 de la tarde eran mi momento de pánico.
Tiempo de lectura: 2 min
Cuando el día se rompe siempre a la misma hora
Soy madre de un niño de 5 años.
Y durante meses, hubo una hora que me daba miedo de verdad.
Las 5 de la tarde.
No es una exageración.
Es ese momento en el que mi energía cae en picado.
Y la suya sube como un cohete.
A esa hora empezaba el caos.
“Mírame.”
“Quiero algo.”
“Me aburro.”
“Ven conmigo.”
Yo solo quería 10 minutos de silencio.
Sin sentirme mala madre.
Sin sentir que estaba fallando.
El problema no era mi hijo
Al principio me decía lo típico.
“Es normal.”
“Está nervioso.”
“Ha sido un día largo.”
Pero esa hora se convirtió en un patrón.
Y los patrones te obligan a hacerte una pregunta incómoda.
“¿Por qué cada tarde es una batalla?”
No quería que el final del día fuera siempre así.
Con gritos.
Con culpa.
Con esa sensación de que la casa se me iba de las manos.
Las soluciones que duran cinco minutos
Probé todo lo que una madre prueba cuando ya no puede más.
Saqué cajas antiguas.
Compré cosas nuevas.
Me inventé juegos.
Probé:
- cuentos
- dibujos para colorear
- puzles
- construcciones
Y sí, funcionaban.
A veces.
Cinco minutos.
Luego volvía el mismo bucle.
“Me aburro.”
“No sé qué hacer.”
“¿Puedo ver dibujos en la tableta?”
Yo respiraba hondo.
Y me decía en voz baja:
“Solo necesito un respiro.”
La opción rápida que me daba vergüenza
La pantalla era el apagafuegos perfecto.
Rápida.
Limpia.
Silenciosa.
El problema no era usarla alguna vez.
El problema era que empezaba a ser la única cosa que funcionaba.
Y eso me asustaba.
Porque si yo, adulta, ya dependía de eso para llegar viva a la cena…
¿Qué estaba aprendiendo él?
Lo que nadie te explica del cansancio de tarde
Busqué información.
Leí consejos.
Todos decían lo mismo.
El 99%.
“Pon límites.”
“Sé constante.”
“Ofrece alternativas.”
Pero nadie hablaba del momento real.
Ese instante en el que tú estás fundida.
Tu hijo está acelerado.
Y todo lo que propones parece poca cosa.
Ahí fue donde una amiga me dijo una frase clave.
“No es que tu hijo sea imposible.”
“Es que le falta un ancla.”
El problema real
Esto fue el punto de inflexión.
El problema no era la mala conducta.
Era lo que yo llamo vacío de anclaje.
Cuando un niño llega a esa hora sin una actividad clara…
El cuerpo se le llena de energía sin una salida ordenada.
Y esa energía busca lo más fácil:
ruido,
quejas,
interrupciones constantes,
y una necesidad enorme de que tú seas el motor de todo.
Ahí entendí algo doloroso.
Yo había intentado “arreglar” la tarde con actividades sueltas.
Pero no tenía una estructura suave.
No tenía una puerta de entrada fácil.
Por qué las “actividades bonitas” fracasaban
Hay una barrera invisible en muchas propuestas.
Empezar.
Un folio en blanco puede intimidar.
Un juego sin instrucciones claras puede saturar.
Y cuando un niño está cansado…
Empezar se vuelve más difícil aún.
Por eso mi hijo no se enganchaba.
No era capricho.
Era falta de un inicio sencillo, fácil y rápido.
La conversación que me quitó un peso
Una tarde, en la puerta del colegio, se lo conté a otra madre.
Sin dramatizar.
Solo con verdad.
“Por la tarde todo se descontrola.”
“Me siento al límite.”
“Solo quiero un rato de calma.”
Ella me dijo:
“Me pasó igual.”
Y luego me habló de KidFun™.
Una mesa pequeña de dibujo con proyección.
Proyecta figuras sencillas.
Los niños calcan.
Colorean.
Y sienten que avanzan rápido.
Me sonó demasiado simple.
Pero justo por eso me llamó la atención.
La solución real
Aquí está la diferencia.
KidFun™ no es otro juguete más.
Es un ancla tranquila de inicio guiado.
No te obliga a inventar nada.
No te obliga a estar encima.
El niño enciende la proyección.
Ve el primer paso.
Y arranca.
Ese inicio claro convierte el caos en concentración.
En pocos minutos.
Sin lucha.
Sin negociación.
La primera tarde que respiré
Monté KidFun™ un martes.
Sin convertirlo en un gran acontecimiento.
Solo lo dejé listo en la mesa.
Llegaron las 5 de la tarde.
Yo estaba preparada para lo de siempre.
Pero mi hijo se acercó.
Encendió la proyección.
Eligió una figura.
Y empezó.
Hubo silencio.
Del bueno.
Ese silencio que no es vacío.
Es concentración.
Es calma.
Es descanso para todos.
A los 10 minutos me miró orgulloso:
“¡Mamá, mira!”
Yo sentí algo que no sentía desde hacía mucho.
Alivio.
Lo que cambió en casa
No voy a decir que todo se volvió perfecto.
Pero sí cambió lo importante.
Las tardes dejaron de ser una ruleta.
Mi hijo empezó a tener un “lugar seguro” sin pantalla.
Y yo dejé de sentir que tenía que ser la animadora oficial.
Noté:
- más ratos tranquilos
- menos interrupciones
- menos discusiones por la tableta
- más orgullo en él
- más paz en mí
Por qué esto protegió algo más que la tarde
La sorpresa fue esta.
No solo ganamos calma.
Ganamos confianza.
Mi hijo empezó a decir menos “no sé”.
Y más “mira lo que he hecho”.
Esas pequeñas victorias hicieron que otras actividades fueran más fáciles.
Como si el cerebro aprendiera:
“Puedo empezar algo yo solo.”
Si te ves en esta historia
Si tú también sientes que:
“Por la tarde todo se descontrola.”
“Solo necesito un respiro.”
“Me siento al límite.”
Entonces este puede ser tu tipo de solución.
Sobre todo si tu hijo:
- tiene entre 3 y 7 años
- llega cansado y acelerado al final del día
- se engancha mejor con guías visuales
- necesita un inicio fácil para mantenerse atento
Dónde lo encontré
Yo compré KidFun™ en la página oficial.
No soy la empresa.
Solo una madre compartiendo lo que le devolvió la calma.
Te recomiendo comprobar disponibilidad.
Estos productos suelen salir en tandas pequeñas.
Y cuando se recomiendan entre madres, se agotan rápido.
Si la página muestra una garantía de devolución o un descuento temporal, lee los detalles allí.
Eso te permite probarlo con tranquilidad.
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Dos caminos desde aquí
Puedes seguir temiendo las 5 de la tarde.
O puedes poner un ancla suave que no dependa de tu energía.
No se trata de ser la madre perfecta.
Se trata de llegar al final del día sin romperte por dentro.
Si estás cansada de que la tarde sea una batalla…

Lucía Martín (Psicopedagoga infantil)
En consulta veo algo muy frecuente en niños de 3 a 7 años: no es que no sean creativos, es que se bloquean al empezar. La hoja en blanco puede sentirse como una prueba, y cuando un niño falla varias veces, aprende a evitarlo. Por eso KidFun™ me parece una herramienta muy acertada. La proyección ofrece un inicio guiado y amable, reduce el miedo a equivocarse y ayuda a lograr pequeñas victorias visibles que fortalecen la confianza. También es una opción muy útil para familias que buscan actividades tranquilas sin pantallas, sobre todo en tardes largas o días de interior. Si el objetivo es que el niño pase del “no puedo” al “mira lo que he hecho” sin presión, KidFun™ encaja muy bien.
PREGUNTAS FRECUENTES
¿Para qué edades está recomendado KidFun™?
¿Para qué edades está recomendado KidFun™?
KidFun™ está pensado principalmente para niños de 3 a 7 años, cuando más ayuda tener un inicio guiado y fácil en actividades creativas.
¿Y si mi hijo no suele dibujar o se frustra rápido?
¿Y si mi hijo no suele dibujar o se frustra rápido?
Precisamente es uno de los perfiles que más se beneficia, porque la proyección le da un primer paso claro y reduce el miedo a empezar.
¿Necesita que un adulto esté encima todo el rato?
¿Necesita que un adulto esté encima todo el rato?
No. La idea es que el niño pueda empezar y mantenerse ocupado con menos guía del adulto.
¿Sirve para reducir el uso de pantallas?
¿Sirve para reducir el uso de pantallas?
Puede ayudar mucho como alternativa rápida y atractiva para que el niño pida juego antes que pantalla.
¿Ocupa mucho espacio en casa?
¿Ocupa mucho espacio en casa?
Está diseñada para ser compacta y fácil de colocar en un rincón del salón o del cuarto de juegos.
¿Es complicado de usar o montar?
¿Es complicado de usar o montar?
No. Su uso es sencillo e intuitivo para que el niño pueda empezar sin frustración ni pasos largos.
¿Mi hijo se cansará rápido como con otros juguetes?
¿Mi hijo se cansará rápido como con otros juguetes?
Al tener variedad de dibujos y un inicio guiado, suele mantener el interés más tiempo que actividades que requieren inventar desde cero.
¿Ayuda en días de lluvia o cuando no se puede salir?
¿Ayuda en días de lluvia o cuando no se puede salir?
Sí, es uno de los momentos en los que más se nota, porque ofrece una actividad calmada y fácil de iniciar dentro de casa.
¿Es seguro para niños pequeños?
¿Es seguro para niños pequeños?
Está pensado para uso infantil, con un formato estable y orientado a actividades tranquilas y supervisables en casa.
¿Qué pasa si no encaja con nuestro día a día?
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Si tu tienda ofrece garantía o devolución, puedes probarlo con tranquilidad y decidir según vuestra experiencia real en casa.
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