Amante de los perros revela el sencillo truco para los pies que convirtió su límite de “tres casas” en un paseo completo
Tiempo de lectura: 2 min
Mi mundo se redujo a tres casas.
Si antes dabas la vuelta a la manzana sin pensarlo…
Si ahora tus pies arden y pinchan antes de llegar a la esquina…
Si alguna vez te has dado la vuelta antes de tiempo
mientras tu perro te mira, sin entender nada…
Por favor, lee esto hasta el final.
Me llamo Elena, tengo 55 años.
Antes sacaba a mi perro, Bruno,
a pasear dos veces al día por todo el barrio.
Hubo un momento
en el que había días
en los que no era capaz de pasar de tres casas
antes de que mis pies empezaran a gritar.
Hoy puedo llegar de nuevo al parque.
No voy rápida. No voy perfecta.
Pero llego lejos suficiente
para que mi perro vuelva a casa contento y cansado…
y yo también.
Sin operación.
Sin más pastillas.
Solo con una rutina de 20 minutos en casa
gracias a una esterilla fina para los pies
llamada FootEms.
Esta es mi historia.
Puede que también sea la tuya.
La tarde en la que mi perro se dio la vuelta antes que yo
Pasó un martes.
Hacía buen tiempo.
Le puse la correa a Bruno
y le dije lo de siempre:
“Venga, vamos a dar una vuelta.”
Salimos de casa.
Primera casa, bien.
Segunda casa, ya empezaban los pinchazos.
Al llegar a la tercera casa,
la quemazón y los pinchazos en los pies
eran tan fuertes
que tuve que parar.
Sentía como si caminara descalza sobre cristal.
Miré la calle hacia delante.
El pequeño parque al final.
Sabía que no llegaba.
“Volvemos a casa, Bruno”, dije
intentando que sonara alegre.
Él se paró y me miró,
con la cabeza torcida,
como diciendo:
“¿Ya?”
Esa mirada me partió.
De vuelta a casa
notaba las lágrimas en los ojos.
No era solo dolor.
Era vergüenza.
Y me vino a la cabeza un pensamiento:
“Si con 55 años no puedo ni pasear a mi perro…
¿cómo estaré con 65?”
En ese momento
no me daba miedo el dolor.
Me daba miedo
necesitar a otra persona
para hacer hasta lo más básico.
Cómo mi mundo se fue haciendo cada vez más pequeño
Llevo años con diabetes
y problemas de circulación.
La médica lo llamó neuropatía.
Los nervios de los pies
no reciben sangre de calidad
y empiezan a comportarse mal.
Al principio molestaba solo por la noche.
Quemazón y hormigueo en la cama.
Luego empecé a notarlo
también durante el día.
Probé todos los “remedios normales”:
- Pastillas para el dolor
- Cremas calientes y frías
- Plantillas “especiales”
- Zapatos carísimos “para pies delicados”
A veces aliviaban un poco.
Pero cada mes
mi “distancia segura” era más corta.
Primero dejé de ir andando
al parque grande.
Luego dejé de ir andando
al supermercado.
Y aquel día
ni siquiera fui capaz
de llegar al final de mi propia calle.
Sentía que mi mundo
se estaba encogiendo físicamente
cada mes.
Tenía que hacer algo.
El verdadero motivo por el que cada vez aguantaba menos
Esa noche me senté con los pies en alto,
una bolsa de hielo en las plantas
y el móvil en la mano.
Escribí:
“diabetes dolor pies no puedo caminar más de tres casas”
Encontré el mensaje de una mujer
que contaba casi lo mismo que yo.
Explicaba algo
que nadie me había explicado así de claro.
Los nervios de los pies
son como plantas muy delicadas.
Necesitan buena sangre,
rica en oxígeno,
todo el día y toda la noche
para mantenerse sanos.
Con los años de diabetes
y los problemas de circulación,
los pequeños vasos sanguíneos
que alimentan esos nervios
se debilitan.
Los nervios se quedan medio muertos de hambre.
Empiezan a mandar señales de dolor
aunque no les estés exigiendo demasiado.
Entonces, cuando caminas un poco,
esos nervios ya irritados
se saturan enseguida.
Porque la base
nunca llega a “resetearse” del todo.
Las pastillas y las cremas
pueden cambiar un poco la sensación,
pero no alimentan esos nervios
ni les enseñan a comportarse mejor.
Así, cada día
te va robando
un trocito de lo que puedes hacer.
El 99 % sabemos
que tenemos “mala circulación” y “nervios tocados”.
El 1 % que falta
es entender que esos nervios
están desnutridos y nunca tienen un descanso real.
Cuando lo vi así,
mi límite de “tres casas”
dejó de ser un misterio.
La noche en la que busqué cómo “regar” esos nervios
Si los nervios eran plantas,
yo necesitaba alguna forma
de darles
más sangre fresca cada día.
Pero ¿cómo?
No puedo correr.
No puedo hacer una hora de ejercicio intenso.
Siguiendo hacia abajo,
leí sobre algo llamado
estimulación muscular eléctrica.
Era una esterilla para los pies
que enviaba pequeños impulsos
a través de las plantas y las pantorrillas.
En hospitales y centros de rehabilitación
ya usan la estimulación eléctrica
para mejorar la circulación
y mantener los músculos activos
en personas que casi no se pueden mover.
Una mujer hablaba
de una esterilla para casa
llamada FootEms.
Contaba que,
con contracciones suaves
en pies y pantorrillas:
- aumentaba el flujo de sangre local
- ofrecía a los nervios
una sensación rítmica y predecible - y con el tiempo
podía caminar más
antes de quejarse.
Era justo lo que yo necesitaba:
Algo que hiciera
por dentro de mis pies
lo que yo ya no podía hacer andando.
La pedí esa misma noche.
Probando FootEms: de las tres casas a la esquina
Cuando llegó FootEms,
era más fina de lo que imaginaba.
La puse delante del sofá.
Me senté
y apoyé los pies descalzos.
La encendí al nivel más bajo.
Noté un cosquilleo suave.
Subí un poco.
Mis dedos y mis arcos
empezaron a tensarse y relajarse
con un ritmo lento.
Luego noté cómo se movían
también las pantorrillas.
No dolía.
Era como si alguien
me hiciera un masaje desde dentro.
Estuve 20 minutos
viendo la tele
mientras FootEms
“trabajaba” mis pies.
Cuando me levanté,
los notaba calientes
y menos pesados.
La verdadera prueba
llegó a la semana siguiente.
Hice lo que más me dolía hacer últimamente:
cogí la correa de Bruno.
Salimos.
Pasamos la primera casa.
Luego la segunda.
Llegamos a la tercera…
y, por primera vez en meses,
no tuve que parar.
Seguí hasta la esquina.
No era un paseo largo.
Pero para mí
fue como coronar una montaña.
Cómo FootEms empezó a agrandar otra vez mi mundo
Desde entonces,
FootEms forma parte de mi rutina diaria.
Cada tarde:
- Me siento en el sofá.
- Pongo FootEms en el suelo.
- Apoyo los pies descalzos encima.
- Hago una sesión de 20–25 minutos.
Lo que yo noto es:
1. Más riego para nervios hambrientos.
Las contracciones suaves
empujan sangre fresca
a través de pies y pantorrillas.
2. Menos señales de dolor descontroladas.
Las pulsaciones crean
una sensación rítmica y predecible
que compite con el dolor
y ayuda a los nervios a calmarse.
3. Cada día un poquito más margen.
Con menos irritación de base,
mis pies
aguantan más movimiento
antes de empezar a protestar.
Es como hacer
fisioterapia para los nervios
sin salir de casa.
En dos semanas,
mi límite ya no eran tres casas,
sino la esquina.
En un mes,
podía dar media vuelta a la manzana
en los días buenos.
Hoy no camino como cuando tenía 30 años.
Pero puedo llevar a Bruno al parque pequeño
y volver yo sola a casa.
Y eso, para mí,
es independencia.
Qué es exactamente FootEms
FootEms es una esterilla EMS para pies,
delgada y plegable,
pensada para usarla en casa.
Solo tienes que:
- Colocarla en el suelo.
- Sentarte en tu sillón o sofá.
- Poner los pies descalzos encima.
- Elegir el nivel y el programa.
Cada sesión dura
unos 20 minutos
y se apaga sola.
Detalles que agradezco:
- Varios niveles de intensidad para empezar muy suave.
- Distintos programas que cambian el ritmo por ti.
- Apenas ocupa sitio;
se puede guardar bajo el sofá. - Sin pastillas, sin cremas, sin efectos secundarios.
Sigo tomando
mi medicación para la diabetes.
FootEms no la sustituye.
Es una ayuda diaria extra
para cuidar nervios y circulación.
¿Dónde conseguir FootEms y probarlo sin riesgo?
Si notas
que cada mes caminas un poco menos…
Si te asusta
no poder seguir sacando al perro,
ir andando a la tienda
o llegar sola a la parada del autobús…
Puede que FootEms
merezca la pena.
Ahora mismo,
los fabricantes de FootEms
tienen una oferta por internet
con descuentos de hasta un 50–55 %
en algunos lotes
y una garantía total de devolución del dinero
si no quedas satisfecha.
Eso significa
que puedes probarlo en casa sin riesgo.
Si no notas
un cambio real
en cómo se sienten tus pies al andar,
lo devuelves
y te reintegran cada euro.
Para ver si FootEms sigue en stock
y si el descuento está activo en tu zona:
Hoy tienes dos caminos
Puedes dejar
que tu mundo siga haciéndose pequeño.
Puedes seguir diciendo
“otro día”
al perro,
a las amigas,
al paseo hasta la tienda.
O puedes probar algo distinto.
Puedes darle a tus pies
20 minutos al día de movimiento suave y sangre fresca
sin salir de casa.
Puedes empezar a cambiar el círculo:
mejor circulación → nervios más calmados → más pasos sin dolor.
Para mí,
el día que volví a dar la vuelta entera a la manzana
no fue solo un paseo.
Fue la prueba
de que todavía podía confiar en mis propios pies.
Si alguna vez te has quedado parada
en la tercera casa
mirando el resto de la calle
con miedo al futuro,
Porque no se trata solo
de un paseo con el perro.
Se trata de
si sigues caminando tú
por tu propia vida.

Dr. Luis Herrera, (Fisioterapeuta especializado en miembros inferiores)
En consulta veo cada día pies hinchados, fríos y doloridos por culpa de muchas horas de pie o sentados. Por eso me sorprendió ver cómo, en varios pacientes que empezaron a usar FootEms a diario, los pies llegaban menos inflamados, con mejor color y con una sensación de “carga” mucho menor al final del día. Desde el punto de vista físico tiene lógica: la estimulación suave activa la musculatura de la planta y la pantorrilla, mejora el retorno venoso, ayuda a mover el líquido retenido y saca al pie de ese estado de quietud dolorosa en el que vive. No es un sustituto de la valoración médica, pero como complemento en casa, en personas con pesadez, hinchazón o cansancio crónico de pies, FootEms puede marcar una diferencia real en cómo terminan el día y en cuánto tardan en notar alivio.
PREGUNTAS FRECUENTES
¿Y si mi dolor es “demasiado fuerte” y ya llevo años así, me va a servir de algo FootEms?
¿Y si mi dolor es “demasiado fuerte” y ya llevo años así, me va a servir de algo FootEms?
La realidad es que ningún aparato te va a devolver unos pies de 20 años en una semana, pero eso no significa que no puedas mejorar. Lo que he visto una y otra vez es que, cuando introduces un estímulo nuevo y constante (como las contracciones suaves de FootEms), el cuerpo sale del bucle de dolor + inmovilidad en el que lleva años. No esperes milagros de un día para otro, pero sí puedes esperar pies menos hinchados, menos “bloques de cemento” y más margen para aguantar el día. Lo importante no es estar perfecta, es dejar de ir a peor y empezar, aunque sea despacio, a ir a mejor.
Tengo más de 55 años y sobrepeso… ¿es seguro y útil para mí o es solo para gente “fit”?
Tengo más de 55 años y sobrepeso… ¿es seguro y útil para mí o es solo para gente “fit”?
Justo el perfil que más suele notar cambio es el de personas que ya no están para saltos, gimnasios ni locuras, pero que no quieren rendirse. FootEms trabaja mientras estás sentada, sin impacto en articulaciones, por lo que encaja muy bien con mayores de 50, gente con unos kilos de más o trabajos muy físicos. Siempre es buena idea hablar con tu médico si tienes dudas, pero la lógica es clara: estimulación suave + mejor circulación + más movimiento interno suele ser mucho mejor que seguir con los pies quietos y castigados cada día.
Tengo diabetes / mala circulación en las piernas, ¿puedo usar FootEms con tranquilidad?
Tengo diabetes / mala circulación en las piernas, ¿puedo usar FootEms con tranquilidad?
Con diabetes y problemas de circulación hay que ser doblemente prudente, porque tus pies son oro. FootEms no es un medicamento ni un sustituto de tu tratamiento, es una herramienta de apoyo para estimular músculos y circulación local de forma suave. Lo responsable es consultar antes con tu médico o enfermera, explicarles que es un dispositivo de estimulación muscular de baja intensidad para pies y pantorrillas, y seguir sus indicaciones. Desde ahí, la idea es simple: cuidar tus pies todos los días en lugar de esperar a que se quejen a gritos.
¿La sensación de los impulsos eléctricos duele o es incómoda?
¿La sensación de los impulsos eléctricos duele o es incómoda?
La mayoría de la gente la describe como cosquilleo profundo, presión suave o pequeños “toques” rítmicos, y va regulando la intensidad a su gusto. No se trata de aguantar como una heroína, se trata de encontrar el punto donde sientas “esto trabaja, pero me resulta agradable”. Lo bueno es que puedes empezar en el nivel más bajo, subir solo si te sientes cómoda y parar cuando quieras. La idea no es sufrir, la idea es que cada sesión sea un rato de alivio, descarga y autocuidado, no un castigo más en tu día.
¿Cuánto tiempo tardaré en notar algo o saber si me funciona?
¿Cuánto tiempo tardaré en notar algo o saber si me funciona?
Lo más honesto: algunas personas sienten alivio de pesadez y calor desde los primeros días; otras necesitan 2–3 semanas de uso constante para empezar a notar que llegan al final del día menos reventadas. Piensa que llevas años acumulando daño, inflamación y mala circulación, y ahora estás dando a tus pies algo que nunca han tenido: trabajo interno + riego extra + rutina diaria de cuidado. Si te marcas un mínimo de 15–20 minutos al día durante 3–4 semanas, le estás dando a tu cuerpo una oportunidad real de demostrar lo que puede mejorar cuando por fin recibe ayuda.
¿Tengo que dejar mis plantillas, medias de compresión o medicación si uso FootEms?
¿Tengo que dejar mis plantillas, medias de compresión o medicación si uso FootEms?
No. FootEms no viene a “pelearse” con lo que ya te ayuda, viene a completarlo. Tus plantillas, medias de compresión o tratamiento médico atacan una parte del problema; FootEms trabaja otra: la activación muscular, el bombeo y la recuperación entre jornadas. Piensa en él como en un fisioterapeuta casero de refuerzo, no como un sustituto. Lo único importante es que, si tomas medicación o llevas algún tratamiento delicado, avises a tu médico para que lo tenga en cuenta y te dé luz verde.
No tengo tiempo para nada, ¿de verdad voy a usar FootEms o acabará cogiendo polvo?
No tengo tiempo para nada, ¿de verdad voy a usar FootEms o acabará cogiendo polvo?
Esta es una de las mayores trampas: creer que necesitas “tiempo extra” para cuidarte. En realidad, FootEms funciona mejor precisamente porque no te pide tiempo nuevo, se encaja en lo que ya haces: ver la tele, mirar el móvil, hablar con tu familia, leer algo. Solo cambias una cosa: en lugar de tener los pies muertos sobre el suelo o la mesa, los pones sobre la esterilla. Es decir: el mismo rato de sofá, pero con tus pies trabajando y recuperándose. Así es como se convierten los cambios en hábito… sin que te rompan la rutina.
He comprado otras cosas para los pies y al final todas acaban en un cajón, ¿por qué FootEms sería diferente?
He comprado otras cosas para los pies y al final todas acaban en un cajón, ¿por qué FootEms sería diferente?
Es normal estar quemada: cremas milagro, plantillas carísimas, aparatos que prometen el cielo… y luego nada. La diferencia está en qué problema atacan. La mayoría de productos se quedan en la superficie: un poco de colchón, un poco de frescor, un poco de analgesia. FootEms va a la base: músculo, circulación, drenaje, recuperación. Y además se utiliza en un momento del día en el que ya estás quieta, por lo que es mucho más fácil que lo integres. Neurológicamente, cuando el cerebro empieza a asociar “FootEms = menos dolor = más energía”, te resulta mucho más natural seguir usándolo, porque notas que te compensa.
¿Puede FootEms sustituir al ejercicio o a caminar?
¿Puede FootEms sustituir al ejercicio o a caminar?
No. Sería irresponsable decirte eso. El movimiento real del cuerpo entero es insustituible. Pero también es verdad que hay momentos de la vida en los que no estás para grandes caminatas ni para gimnasios, y ahí es donde FootEms encaja. Piénsalo así: si ahora estás en un punto donde casi no puedes ni caminar sin dolor, ¿cómo vas a hacer más ejercicio si antes no bajas un poco el nivel de sufrimiento? FootEms te ayuda a recuperar algo de base: menos hinchazón, menos pesadez, mejor pisada… y eso, a su vez, te permite moverte algo más en tu día a día sin que cada paso sea un tormento.
¿Y si lo pruebo y no noto nada o la sensación no me gusta?
¿Y si lo pruebo y no noto nada o la sensación no me gusta?
El mayor miedo antes de comprar suele ser: “tirar el dinero en otro cacharro más”. Por eso lo más inteligente es plantearte FootEms como un experimento con fecha y reglas claras: usarlo todos los días durante unas semanas, empezar con baja intensidad, ajustar el programa que mejor te siente y, pasado ese tiempo, evaluar con honestidad:
👉 ¿Llego igual de destrozada al final del día?
👉 ¿Mis pies están igual de hinchados dentro del zapato?
👉 ¿Duermo igual de mal por culpa de las punzadas?
Si la respuesta es que no ha cambiado nada, puedes decidir que no es para ti y ya está. Pero si notas aunque sea un 20–30 % menos de castigo en tus pies, tu cerebro lo tendrá claro: esa pequeña mejora diaria merece la pena, porque no estás comprando plástico, estás comprando más años de autonomía y menos años de arrastrar los pies con miedo.
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