Mujer enganchada al móvil a las 2 de la madrugada revela la extraña esterilla para pies que por fin le dejó dormir
“Ya no me duermo, solo aguanto despierta hasta que el cuerpo se apaga del todo.”
Tiempo de lectura: 2 min
El dolor en mis pies me robó el sueño.
Si te quedas despierta porque sientes los pies en llamas…
Si ya no “te duermes”, sino que te caes rendida del cansancio…
Si tu nueva rutina nocturna es mirar el móvil a las 2 de la madrugada para distraerte del dolor…
Por favor, lee mi historia.
Me llamo Laura, tengo 56 años.
Tengo dolor nervioso en los pies que se siente como quemazón, pinchazos y corriente.
Durante años, las noches fueron peores que los días.
De día, al menos podía moverme, trabajar, hablar con la gente.
Por la noche, a oscuras, solo estábamos el dolor y yo.
Hoy duermo la mayoría de noches sin esa tortura de las 2 de la madrugada.
No porque mis nervios estén “perfectos”.
Sino gracias a una pequeña esterilla para pies llamada FootEms
que envía suaves pulsaciones por los pies y por fin baja el ruido de los nervios.
No es una cura milagrosa.
Pero cambió mis noches y me devolvió la vida.
Mi nueva rutina para dormir: móvil, dolor, rendirme
Hace un año, todas mis noches eran así:
Me tumbaba en la cama.
Las sábanas rozaban mis pies.
Fuego al instante.
Quemazón.
Descargas.
Como cables ardiendo bajo la piel.
Sacaba los pies fuera de la manta.
Seguían ardiendo.
Tomaba las pastillas.
Me ponía gel frío.
Alguna noche hasta usé hielo.
Nada lo paraba.
Así que empecé a hacer lo único que me distraía un poco.
Cogía el móvil.
Me incorporaba a medias en la cama,
y empezaba a pasar el dedo por la pantalla: publicaciones, comentarios, fotos, vídeos…
Una hora.
Luego dos.
Luego tres.
Los ojos me ardían por la luz.
Los pies me ardían por el dolor.
No “me dormía”.
Simplemente aguantaba despierta hasta que el cerebro se apagaba.
La mayoría de noches dormía bloques de 2 o 3 horas como mucho.
Me levantaba de mal humor.
Hablaba mal a quien no tenía culpa.
Cometía errores tontos en el trabajo.
Me decía: “No pasa nada. El fin de semana ya recuperaré sueño”.
Nunca lo recuperaba.
El aviso de las 4:12 de la madrugada
Mi peor noche fue un miércoles.
Estaba en mi postura de siempre.
Medio sentada sobre almohadas.
Pies fuera de la manta.
Móvil en la mano.
Me llamó la atención un título:
“¿Alguien más con dolor de nervios en los pies que se pasa la noche con el móvil?”
Abrí los comentarios.
Era como leer mi propia cabeza.
Entonces miré arriba, la hora de la pantalla.
4:12 de la madrugada.
Se me cayó el alma al suelo.
A las 8 de la mañana tenía que estar de pie en el trabajo.
Ya me había tomado la dosis máxima de medicación.
Los pies seguían gritándome.
Los ojos secos y rojos.
Y me escuché pensar:
“No puedo vivir así un año más.”
No “no quiero”.
No puedo.
Eso sí que me dio miedo.
Así que, en vez de abrir otra publicación,
escribí en la barra de búsqueda:
“dolor nervios pies noche no puedo dormir ayuda”
La razón oculta por la que el dolor explota por la noche (nadie me lo había explicado)
Sabía que tenía daño en los nervios.
Mi médica ya me lo había dicho.
Pero aquella noche entendí algo nuevo.
En una página de salud y en varios comentarios
vi la misma idea una y otra vez:
Por la noche, el dolor nervioso se siente más fuerte
porque el cerebro ya no está ocupado con otras cosas.
Durante el día, los nervios irritados mandan mensajes de dolor desde los pies.
Pero el cerebro también está atendiendo a:
- Hablar
- Caminar
- El trabajo
- Los ruidos
- La luz, el entorno
Así que filtra parte de esos mensajes de dolor.
Por la noche, en una habitación tranquila,
no hay nada más a lo que prestar atención.
Esas mismas señales de dolor se convierten
en el único “ruido” de todo tu cuerpo.
Además, el cuerpo espera que la noche sea “hora de descanso”.
Quiere vigilar si hay peligro.
Cuando los nervios no paran de disparar,
el cerebro lo interpreta como una amenaza.
Todo el sistema se queda atrapado en modo alerta.
Como una radio clavada en ruido de fondo, muy alto.
Por eso las pastillas y los geles me parecían tan inútiles.
Intentaban dulcificar la sensación,
pero no enseñaban a los nervios a comportarse de otra forma
ni calmaban a todo el sistema.
Me di cuenta:
El 99 % de personas como yo saben que tienen los nervios dañados.
El 1 % que falta es entender que todo el sistema nervioso está atrapado en “modo alarma” por la noche.
Mientras eso no cambie,
dormir siempre será una pelea.
La noche que descubrí un truco de “ruido de fondo” para mis nervios
En uno de esos hilos largos,
una persona habló de algo llamado estimulación eléctrica para el dolor.
Decía que su fisio usaba pulsaciones suaves
para ayudar a calmar el dolor nervioso.
Yo ya había visto aparatos con pegatinas para la piel.
Demasiados cables, demasiado lío.
Pero otra persona respondió:
“Yo uso una esterilla eléctrica para los pies en casa.
Es como ruido de fondo para mis nervios.”
Esa frase me enganchó.
Entré en el enlace
y encontré un producto llamado FootEms.
Parecía una esterilla fina y flexible.
Pones los pies descalzos encima.
Envía pulsaciones suaves y rítmicas
por los pies y las pantorrillas.
En la web lo explicaban con palabras sencillas:
- Las pulsaciones activan nervios y músculos de forma controlada
- Crean un patrón estable y predecible
- Ese patrón compite con las señales de dolor aleatorias
- El cerebro por fin puede verlo como una señal “segura” y no como peligro
En otras palabras,
FootEms no intenta adormecer los pies.
Intenta cambiar el “sonido” de mis nervios.
Me tenía sentido.
Los médicos ya usan tecnología parecida
en hospitales y consultas de rehabilitación
para ayudar con dolor y circulación.
Pensé:
“He probado pastillas, geles, cremas, hielo y horas pegada al móvil.
¿Por qué no probar veinte minutos de esto?”
Y lo pedí.
Primera noche con FootEms: dejar de “aguantar despierta hasta caer rendida”
El paquete llegó tres días después.
Esa noche, mi cabeza quería repetir el mismo patrón.
Empezó la quemazón en los pies.
La mano se fue sola hacia el móvil.
Entonces me acordé de la esterilla.
Puse FootEms en el suelo junto a la cama.
Me senté en el borde.
Apoyé los pies descalzos.
Pulsé el botón.
Al nivel más bajo,
noté pequeños toques bajo los dedos.
Subí un poco.
Una ola de tensión y relajación suave
recorrió pies y pantorrillas.
Sin dolor.
Sin sustos.
Solo… un ritmo constante.
A los pocos minutos,
noté algo nuevo.
Los pinchazos locos
ya no eran lo único que sentía.
Las pulsaciones se notaban más que el dolor.
Mi mente empezó a seguir el ritmo
en lugar de perseguir cada punzada.
Usé FootEms unos 25 minutos,
sentada en la cama.
Luego lo apagué,
me metí bajo la manta
y dejé el móvil en la mesilla.
No me quedé dormida al instante.
Pero tampoco sentía
ese pánico horrible por todo el cuerpo.
El dolor estaba más bajo,
como si alguien hubiera bajado el volumen
de 10 a 4.
Lo siguiente que recuerdo
es el sonido del despertador.
Miré la hora.
Había dormido casi cinco horas seguidas.
Para mí, aquello fue un milagro.
Por qué FootEms funciona cuando las pastillas y los geles no
Durante las semanas siguientes
me hice un ritual muy sencillo.
Cada noche,
unos treinta minutos antes de dormir,
me siento en el borde de la cama,
pongo los pies en FootEms
y hago una sesión de 20–25 minutos.
Lo que yo noto que pasa es esto:
1. FootEms da a mis nervios una señal “segura”.
Las pulsaciones siguen un patrón suave y repetido.
Mi cerebro lo puede anticipar.
Eso le dice al cuerpo:
“No nos está atacando nada. Puedes bajar la guardia.”
2. Tapa los picos de dolor descontrolados.
La señal constante compite
con los disparos caóticos de los nervios dañados.
Como una música suave que tapa el ruido desagradable.
3. Todo el cuerpo sale del modo alarma.
Cuando el dolor deja de gritar tan fuerte,
corazón, respiración y músculos pueden aflojarse.
Dormir vuelve a ser posible.
Por eso FootEms es diferente
a cremas y pastillas.
Esas cosas actúan encima del dolor.
FootEms actúa sobre el sistema nervioso,
para cambiar el tipo de señales
antes de que apague la luz.
No, no es una cura.
Pero para muchas de nosotras,
menos dolor + menos tensión = sueño de verdad.
¿Qué es exactamente FootEms?
FootEms es una esterilla EMS para pies,
muy fina, para usar en casa.
No necesitas cables liados, ni pegatinas, ni ir a una clínica.
Solo tienes que:
- Ponerla en el suelo.
- Sentarte en una silla o en la cama.
- Apoyar los pies descalzos.
- Elegir el nivel y el programa.
Cada sesión se apaga sola tras unos 20 minutos.
Cosas que me gustan:
- Varios niveles de intensidad para empezar muy suave
- Distintos patrones de pulsación para ver cuál te sienta mejor
- Silenciosa y ligera, se puede dejar junto a la cama
- Sin fármacos, sin cremas, sin líos
Sigo tomando la medicación que me mandó la médica.
FootEms es un apoyo extra,
no un sustituto de tu tratamiento.
Pero gracias a él,
esas noches eternas con el móvil en la mano
se han convertido, la mayoría de veces, en sueño real.
¿Quieres ver si FootEms puede ayudarte a ti también?
Si tus noches se parecen a las mías de antes…
Si estás harta de mirar el móvil
a las 2 de la madrugada
solo para no pensar en la quemazón de los pies…
FootEms puede que merezca la pena.
Ahora mismo, los fabricantes de FootEms
tienen una oferta por internet con descuentos de hasta un 50–55 %
en ciertos lotes,
además de una garantía total de devolución del dinero
si no quedas satisfecha.
Eso significa que puedes probarlo en casa sin riesgo.
Si no notas
un cambio real en cómo se sienten tus pies por la noche,
lo devuelves
y te reembolsan cada céntimo.
Para ver si FootEms sigue en stock
y si el descuento está activo en tu zona,
Esta noche tienes dos opciones
Puedes seguir haciendo lo que yo hacía durante años.
Puedes seguir pasando el dedo por la pantalla
hasta que te ardan los ojos y los pies.
Puedes seguir viviendo
con dos o tres horas de sueño roto.
Puedes seguir diciéndote:
“Ya descansaré cuando por fin me deje este dolor.”
O puedes probar algo distinto.
Puedes darle a tus nervios
20 minutos de ritmo suave y tranquilidad
antes de dormir.
Puedes bajar el volumen
del ruido en tus pies.
Puedes dejar el móvil,
apagar la luz
y darle a tu cuerpo una oportunidad real de descansar.
Para mí, aquel primer tramo de cinco horas seguidas
fue como recuperar la vida.
Si ahora mismo tus noches las manda el dolor y el móvil,
Porque mereces algo más
que caerte rendida de puro agotamiento.
Mereces pies en calma y descanso de verdad.

Dr. Luis Herrera, (Fisioterapeuta especializado en miembros inferiores)
En consulta veo cada día pies hinchados, fríos y doloridos por culpa de muchas horas de pie o sentados. Por eso me sorprendió ver cómo, en varios pacientes que empezaron a usar FootEms a diario, los pies llegaban menos inflamados, con mejor color y con una sensación de “carga” mucho menor al final del día. Desde el punto de vista físico tiene lógica: la estimulación suave activa la musculatura de la planta y la pantorrilla, mejora el retorno venoso, ayuda a mover el líquido retenido y saca al pie de ese estado de quietud dolorosa en el que vive. No es un sustituto de la valoración médica, pero como complemento en casa, en personas con pesadez, hinchazón o cansancio crónico de pies, FootEms puede marcar una diferencia real en cómo terminan el día y en cuánto tardan en notar alivio.
PREGUNTAS FRECUENTES
¿Y si mi dolor es “demasiado fuerte” y ya llevo años así, me va a servir de algo FootEms?
¿Y si mi dolor es “demasiado fuerte” y ya llevo años así, me va a servir de algo FootEms?
La realidad es que ningún aparato te va a devolver unos pies de 20 años en una semana, pero eso no significa que no puedas mejorar. Lo que he visto una y otra vez es que, cuando introduces un estímulo nuevo y constante (como las contracciones suaves de FootEms), el cuerpo sale del bucle de dolor + inmovilidad en el que lleva años. No esperes milagros de un día para otro, pero sí puedes esperar pies menos hinchados, menos “bloques de cemento” y más margen para aguantar el día. Lo importante no es estar perfecta, es dejar de ir a peor y empezar, aunque sea despacio, a ir a mejor.
Tengo más de 55 años y sobrepeso… ¿es seguro y útil para mí o es solo para gente “fit”?
Tengo más de 55 años y sobrepeso… ¿es seguro y útil para mí o es solo para gente “fit”?
Justo el perfil que más suele notar cambio es el de personas que ya no están para saltos, gimnasios ni locuras, pero que no quieren rendirse. FootEms trabaja mientras estás sentada, sin impacto en articulaciones, por lo que encaja muy bien con mayores de 50, gente con unos kilos de más o trabajos muy físicos. Siempre es buena idea hablar con tu médico si tienes dudas, pero la lógica es clara: estimulación suave + mejor circulación + más movimiento interno suele ser mucho mejor que seguir con los pies quietos y castigados cada día.
Tengo diabetes / mala circulación en las piernas, ¿puedo usar FootEms con tranquilidad?
Tengo diabetes / mala circulación en las piernas, ¿puedo usar FootEms con tranquilidad?
Con diabetes y problemas de circulación hay que ser doblemente prudente, porque tus pies son oro. FootEms no es un medicamento ni un sustituto de tu tratamiento, es una herramienta de apoyo para estimular músculos y circulación local de forma suave. Lo responsable es consultar antes con tu médico o enfermera, explicarles que es un dispositivo de estimulación muscular de baja intensidad para pies y pantorrillas, y seguir sus indicaciones. Desde ahí, la idea es simple: cuidar tus pies todos los días en lugar de esperar a que se quejen a gritos.
¿La sensación de los impulsos eléctricos duele o es incómoda?
¿La sensación de los impulsos eléctricos duele o es incómoda?
La mayoría de la gente la describe como cosquilleo profundo, presión suave o pequeños “toques” rítmicos, y va regulando la intensidad a su gusto. No se trata de aguantar como una heroína, se trata de encontrar el punto donde sientas “esto trabaja, pero me resulta agradable”. Lo bueno es que puedes empezar en el nivel más bajo, subir solo si te sientes cómoda y parar cuando quieras. La idea no es sufrir, la idea es que cada sesión sea un rato de alivio, descarga y autocuidado, no un castigo más en tu día.
¿Cuánto tiempo tardaré en notar algo o saber si me funciona?
¿Cuánto tiempo tardaré en notar algo o saber si me funciona?
Lo más honesto: algunas personas sienten alivio de pesadez y calor desde los primeros días; otras necesitan 2–3 semanas de uso constante para empezar a notar que llegan al final del día menos reventadas. Piensa que llevas años acumulando daño, inflamación y mala circulación, y ahora estás dando a tus pies algo que nunca han tenido: trabajo interno + riego extra + rutina diaria de cuidado. Si te marcas un mínimo de 15–20 minutos al día durante 3–4 semanas, le estás dando a tu cuerpo una oportunidad real de demostrar lo que puede mejorar cuando por fin recibe ayuda.
¿Tengo que dejar mis plantillas, medias de compresión o medicación si uso FootEms?
¿Tengo que dejar mis plantillas, medias de compresión o medicación si uso FootEms?
No. FootEms no viene a “pelearse” con lo que ya te ayuda, viene a completarlo. Tus plantillas, medias de compresión o tratamiento médico atacan una parte del problema; FootEms trabaja otra: la activación muscular, el bombeo y la recuperación entre jornadas. Piensa en él como en un fisioterapeuta casero de refuerzo, no como un sustituto. Lo único importante es que, si tomas medicación o llevas algún tratamiento delicado, avises a tu médico para que lo tenga en cuenta y te dé luz verde.
No tengo tiempo para nada, ¿de verdad voy a usar FootEms o acabará cogiendo polvo?
No tengo tiempo para nada, ¿de verdad voy a usar FootEms o acabará cogiendo polvo?
Esta es una de las mayores trampas: creer que necesitas “tiempo extra” para cuidarte. En realidad, FootEms funciona mejor precisamente porque no te pide tiempo nuevo, se encaja en lo que ya haces: ver la tele, mirar el móvil, hablar con tu familia, leer algo. Solo cambias una cosa: en lugar de tener los pies muertos sobre el suelo o la mesa, los pones sobre la esterilla. Es decir: el mismo rato de sofá, pero con tus pies trabajando y recuperándose. Así es como se convierten los cambios en hábito… sin que te rompan la rutina.
He comprado otras cosas para los pies y al final todas acaban en un cajón, ¿por qué FootEms sería diferente?
He comprado otras cosas para los pies y al final todas acaban en un cajón, ¿por qué FootEms sería diferente?
Es normal estar quemada: cremas milagro, plantillas carísimas, aparatos que prometen el cielo… y luego nada. La diferencia está en qué problema atacan. La mayoría de productos se quedan en la superficie: un poco de colchón, un poco de frescor, un poco de analgesia. FootEms va a la base: músculo, circulación, drenaje, recuperación. Y además se utiliza en un momento del día en el que ya estás quieta, por lo que es mucho más fácil que lo integres. Neurológicamente, cuando el cerebro empieza a asociar “FootEms = menos dolor = más energía”, te resulta mucho más natural seguir usándolo, porque notas que te compensa.
¿Puede FootEms sustituir al ejercicio o a caminar?
¿Puede FootEms sustituir al ejercicio o a caminar?
No. Sería irresponsable decirte eso. El movimiento real del cuerpo entero es insustituible. Pero también es verdad que hay momentos de la vida en los que no estás para grandes caminatas ni para gimnasios, y ahí es donde FootEms encaja. Piénsalo así: si ahora estás en un punto donde casi no puedes ni caminar sin dolor, ¿cómo vas a hacer más ejercicio si antes no bajas un poco el nivel de sufrimiento? FootEms te ayuda a recuperar algo de base: menos hinchazón, menos pesadez, mejor pisada… y eso, a su vez, te permite moverte algo más en tu día a día sin que cada paso sea un tormento.
¿Y si lo pruebo y no noto nada o la sensación no me gusta?
¿Y si lo pruebo y no noto nada o la sensación no me gusta?
El mayor miedo antes de comprar suele ser: “tirar el dinero en otro cacharro más”. Por eso lo más inteligente es plantearte FootEms como un experimento con fecha y reglas claras: usarlo todos los días durante unas semanas, empezar con baja intensidad, ajustar el programa que mejor te siente y, pasado ese tiempo, evaluar con honestidad:
👉 ¿Llego igual de destrozada al final del día?
👉 ¿Mis pies están igual de hinchados dentro del zapato?
👉 ¿Duermo igual de mal por culpa de las punzadas?
Si la respuesta es que no ha cambiado nada, puedes decidir que no es para ti y ya está. Pero si notas aunque sea un 20–30 % menos de castigo en tus pies, tu cerebro lo tendrá claro: esa pequeña mejora diaria merece la pena, porque no estás comprando plástico, estás comprando más años de autonomía y menos años de arrastrar los pies con miedo.
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