Me sentía demasiado torpe para tener un dron. (todo cambió ese día)
Tiempo de lectura: 2 min
Si entras en un foro de drones y te suena a chino, esto es para ti.
Yo quería una cosa muy simple:
Un dron estable, que no se me vaya, que grabe bien…
y no meterme en líos.
Pero en internet parecía que todo el mundo estuviera haciendo un máster:
PID, RTH, FCC, CE, sensores no sé qué, actualizaciones de firmware, normativa aérea, zonas restringidas, alturas máximas, seguros…
Yo solo veía letras y más letras.
Y una voz dentro de mí:
“Si no controlas todo esto, no entres.”
El día que me di cuenta de que no huía del dron… huía de sentirme tonto
Durante meses hice lo mismo:
Abrir vídeos de drones.
Flipar con las tomas aéreas.
Pensar “algún día me compraré uno”.
Luego abría una web de drones “serios”.
Modos de vuelo. Sensores. Alcance. Velocidades.
Más abajo: tablas, gráficos, acrónimos.
Cerraba la pestaña.
Mi “tocar fondo” llegó cuando un amigo me pidió ayuda:
“Tú controlas más de estas cosas, ¿me ayudas a mirar un dron?”
Abrimos el portátil juntos.
En la pantalla, otra vez la misma sopa:
Nombres raros para los modos.
Listas de sensores que no sabíamos ni para qué servían.
Comentarios de usuarios discutiendo sobre reglajes como si fueran ingenieros.
A los veinte minutos teníamos dolor de cabeza.
Nos miramos y dijimos a la vez:
“Paso, es demasiado.”
Ese día entendí algo importante:
No estábamos huyendo del dron.
Estábamos huyendo de sentirnos tontos.
Siempre había pensado que:
“Aprender sobre drones forma parte de la gracia del hobby.”
Pero para un novato como yo, la realidad era otra.
Tu primer contacto con el mundo dron suele ser:
Foros llenos de gente que ya lleva tiempo.
Fichas técnicas escritas para ellos, no para ti.
Gente discutiendo detalles que tú ni entiendes.
Esa información no te inspira.
Te intimida.
Y se crea una sensación muy clara:
“Si no dominas todos estos términos, eres un intruso. No deberías comprar nada.”
El exceso de jerga y tecnicismo crea una barrera mental.
Durante meses hice lo mismo:
Abrir vídeos de drones.
Flipar con las tomas aéreas.
Pensar “algún día me compraré uno”.
Luego abría una web de drones “serios”.
Modos de vuelo. Sensores. Alcance. Velocidades.
Más abajo: tablas, gráficos, acrónimos.
Cerraba la pestaña.
Mi “tocar fondo” llegó cuando un amigo me pidió ayuda:
“Tú controlas más de estas cosas, ¿me ayudas a mirar un dron?”
Abrimos el portátil juntos.
En la pantalla, otra vez la misma sopa:
Nombres raros para los modos.
Listas de sensores que no sabíamos ni para qué servían.
Comentarios de usuarios discutiendo sobre reglajes como si fueran ingenieros.
A los veinte minutos teníamos dolor de cabeza.
Nos miramos y dijimos a la vez:
“Paso, es demasiado.”
Ese día entendí algo importante:
No estábamos huyendo del dron.
Estábamos huyendo de sentirnos tontos.
Siempre había pensado que:
“Aprender sobre drones forma parte de la gracia del hobby.”
Pero para un novato como yo, la realidad era otra.
Tu primer contacto con el mundo dron suele ser:
Foros llenos de gente que ya lleva tiempo.
Fichas técnicas escritas para ellos, no para ti.
Gente discutiendo detalles que tú ni entiendes.
Esa información no te inspira.
Te intimida.
Y se crea una sensación muy clara:
“Si no dominas todos estos términos, eres un intruso. No deberías comprar nada.”
El exceso de jerga y tecnicismo crea una barrera mental.
Muchos abandonan antes de despegar porque sienten que no están “a la altura”.
Así es como acabas como yo:
Sabes lo que es un flyaway…
…pero no has levantado un dron en tu vida.
Cómo un anuncio feo de almacén rompió el hechizo
Un día, haciendo scroll en el móvil, me salió un anuncio distinto.
Nada de tecnicismos.
Solo ponía algo así como:
“Dron 4K atrapado en almacén por pedido cancelado.
Hay que vaciar estanterías.”
Me picó la curiosidad.
Entré esperando humo, pero encontré una historia bastante simple:
Una gran tienda había encargado un montón de drones.
Al final, por cambios internos, cancelaron el pedido.
El almacén se quedó con las estanterías llenas de cajas.
El contrato de espacio se acababa en poco tiempo.
Les salía más a cuenta venderlos casi a coste que seguir pagando por tenerlos parados.
Y luego venía el dron en sí:
Cámara 4K para grabar en condiciones.
Dos baterías, para casi una hora de vuelo entre las dos.
Aplicación para el móvil, para ver lo que ve el dron.
Maletín rígido, con todo colocado en espuma.
No hablaban de PID.
No hablaban de reglajes raros.
Solo de algo que yo sí entendía:
“Dron bueno, atrapado en un problema de almacén.
Hay que sacarlo de ahí.”
Y un precio que era el de un regalo grande normal, no una locura.
Por primera vez pensé:
“Igual no necesito entenderlo todo para empezar.”
Entrar por la experiencia, no por el diccionario
Ahí vi claro cuál era la diferencia.
Hasta ese momento, todo el mundo me decía:
“Primero aprende de drones, luego ya te compras uno.”
Este dron de almacén hacía lo contrario:
“Primero vuela, luego, si quieres, ya aprenderás la parte friki.”
En lugar de empezar por la jerga, empiezas por una historia simple y un dron con todo lo importante ya resuelto para un principiante.
La estabilidad viene de serie.
La app es sencilla: conectas el móvil y ves la imagen, punto.
Las dos baterías te dan margen para aprender sin prisas.
El maletín te evita preocuparte por golpes al transportarlo.
No tuve que elegir entre cientos de modos.
Tuve que hacer algo mucho más simple:
Cargar la batería, conectar el móvil… y despegar en un descampado.
El dron se convirtió en mi “puerta sencilla” al mundo dron.
Nuestro primer vuelo: menos física cuántica y más “vamos a probar”
El día que llegó el paquete estaba nervioso.
Abrí el maletín.
Ahí estaba: plegado, compacto, con sus baterías y el mando.
Seguí las instrucciones básicas:
Cargar baterías.
Colocar una en el dron.
Encender dron y mando.
Abrir la app y enlazar.
No tuve que entender cómo funcionaban los sensores internos.
Tuve que darle a un botón de despegue.
El dron subió un par de metros y se quedó quieto, como clavado en el aire.
No hizo falta tocar nada raro.
Di un pequeño toque al joystick.
Fue hacia adelante unos metros.
Otro toque, hacia atrás.
Giro leve.
Sentía respeto, claro.
Pero no ese pánico de “si toco algo mal, esto se va a Cuenca”.
Gracias a las dos baterías, ese primer día no fue “subir y bajar”.
Tuvimos tiempo de:
Probar alturas distintas.
Girar despacio.
Grabar un par de vídeos sencillos.
Equivocarnos un poco y corregir.
Al llegar a casa, en el móvil tenía ya mis primeras tomas aéreas, hechas por mí, sin entender aún la mitad de los conceptos de los foros.
Y algo cambió en mi cabeza:
“Vale, ahora esto sí me interesa aprenderlo.
Pero ya desde dentro, no desde la barrera.”
Por qué este dron 4K de almacén es diferente a todo lo que había visto
Después de unos cuantos fines de semana volando, me di cuenta de que este dron tenía algo especial para los que empezamos desde cero:
Es estable y fácil de manejar desde el primer día.
La cámara 4K hace que cada vuelo merezca la pena verlo luego.
Las dos baterías evitan esa sensación de “se ha acabado justo cuando empezaba a pillarle el truco”.
La app es clara: lo ves todo en la pantalla, sin líos.
El maletín lo convierte en un equipo completo listo para llevar a cualquier salida.
Y, sobre todo:
El precio no es bajo porque sea un juguete malo.
Es bajo porque viene de un problema real de stock en un almacén: demasiadas unidades, poco tiempo para vaciar.
Eso significa algo muy simple:
Puedes tener un primer dron de verdad sin sentir que si te equivocas “has tirado un dineral”.
Si mañana decides que el mundo dron no es para ti, te habrás quitado el gusanillo sin hacer una locura.
Y si te engancha (como a mí), llegarás a la parte técnica con horas de vuelo reales, no con teoría y miedo.
Si te pierdes con la jerga, pero el cielo te llama, estás en este cruce
Si has llegado hasta aquí, sospecho que:
Has leído hilos que parecen escritos por ingenieros.
Has cerrado más de una ficha técnica por puro agobio.
Has pensado alguna vez “esto no es para mí”… mientras veías vídeos de drones con envidia.
Ahora mismo tienes dos caminos:
Seguir en modo espectador.
Volver a los foros, seguir leyendo palabras raras… y seguir sin despegar.
O entrar en el hobby desde la experiencia, con un dron 4K de almacén que ya trae resueltas las partes que de verdad necesita un principiante: estabilidad, app sencilla, dos baterías y maletín.
Debajo de este texto podrás comprobar si todavía quedan unidades de este dron de almacén.
Dos caminos a partir de hoy
Si has leído hasta aquí, igual te ves un poco en mi historia.
Tal vez tienes un hijo que dice “no” a casi todo lo nuevo.
Tal vez eres tú quien siempre busca la excusa segura.
Ahora mismo tienes dos caminos:
Seguir como hasta ahora.
Dejar que los años pasen entre pantallas, evitando todo lo que dé miedo, y que el mensaje silencioso siga siendo “esto no es para nosotros”.
O usar una oportunidad rara como esta
—un dron 4K de almacén, con dos baterías, app y maletín, a un precio de regalo normal—
como vuestro pequeño gimnasio emocional en el que practicar el valor juntos.
Debajo de este texto podrás comprobar si todavía quedan unidades de este dron de almacén.
Yo solo sé una cosa:
Si volviera atrás, al día en que mi hijo me preguntó
“¿Crees que algún día podríamos hacer eso sin que nos dé miedo?”…
Volvería a decir que sí.
Y volvería a empezar por aquí.

PREGUNTAS FRECUENTES
¿Por qué está tan barato? ¿Es de mala calidad?
¿Por qué está tan barato? ¿Es de mala calidad?
No es un dron barato, es un dron rebajado por un problema de almacén. Se hizo un pedido grande, parte se canceló y el almacén se quedó con las estanterías llenas. Sale más rentable liquidar rápido que seguir pagando espacio. La calidad sigue siendo la de un dron 4K con modos avanzados, dos baterías y maletín, solo que tú aprovechas un fallo de logística a tu favor.
Nunca he volado un dron, ¿y si no sé usarlo?
Nunca he volado un dron, ¿y si no sé usarlo?
Este pack está pensado justo para eso: empezar desde cero sin miedo. Tiene modos de estabilidad, despegue sencillo y una app muy intuitiva donde ves lo mismo que ve el dron. No necesitas ser técnico ni tener experiencia previa: en la primera tarde ya puedes hacer tus primeras tomas aéreas y sentir que controlas.
¿Y si se me cae o le doy un golpe?
¿Y si se me cae o le doy un golpe?
Es un miedo normal, por eso el pack incluye hélices de repuesto y un maletín rígido que lo protege en los trayectos. Además, al venir de liquidación de stock, no estás jugando con un aparato de lujo intocable: puedes aprender, equivocarte y seguir mejorando sin la sensación de “si le pasa algo, me arruina el mes”.
¿De verdad las baterías dan para algo o es un vuelo y ya?
¿De verdad las baterías dan para algo o es un vuelo y ya?
Aquí no hablamos de despegar, dar una vuelta y volver corriendo. Con dos baterías incluidas puedes hacer varios vuelos seguidos en una misma salida, probar tomas distintas, repetir planos y disfrutar de la experiencia sin ir mirando el reloj todo el rato. Es la diferencia entre probarlo y vivir una tarde completa de vuelo.
Esto suena a truco de Black Friday… ¿la oferta es de verdad?
Esto suena a truco de Black Friday… ¿la oferta es de verdad?
La clave está en el origen del descuento: no viene de marketing, viene de un pedido cancelado. Hay un almacén con demasiados drones ocupando espacio que cuesta dinero, y por eso se han puesto a precio de liquidación. Cuando esas cajas salgan, el dron seguirá existiendo, pero volverá a precios normales. Eso es lo que hace que esta oferta sea real y difícil de repetir.
¿Y si luego no me gusta o no le saco partido?
¿Y si luego no me gusta o no le saco partido?
Precisamente por venir de una liquidación de almacén, este dron es ideal para quitarse el gusanillo sin volverse loco gastando. Te llevas un dron completo y serio a precio muy ajustado: si te enamoras del hobby, habrás empezado por la puerta grande; si no te engancha tanto, no tendrás la sensación de haber tirado el dinero en un capricho desproporcionado.
¿La app funcionará con mi móvil o me complicaré la vida?
¿La app funcionará con mi móvil o me complicaré la vida?
La app está pensada para ser tan simple como abrir la cámara del móvil. Conectas el dron, abres la aplicación y ves en pantalla lo que él está grabando. No hace falta ser experto ni trastear con mil ajustes: puedes empezar en modo básico y, si te apetece, ir descubriendo más funciones poco a poco, a tu ritmo.
¿Cuánto tardará en llegar? Me da miedo que no llegue a tiempo para regalarlo.
¿Cuánto tardará en llegar? Me da miedo que no llegue a tiempo para regalarlo.
Los envíos se gestionan de forma rápida y prioritaria, con un plazo estimado de 24 a 72 horas. Además, el pago es contra reembolso, así que pagas al recibir el pedido en casa, no por adelantado. Cuanto antes hagas el pedido, más margen tendrás y más tranquilo estarás de cara a Navidad o Reyes.
¿Dónde puedo volar el dron sin meterme en problemas?
¿Dónde puedo volar el dron sin meterme en problemas?
Lo importante es usar el sentido común: zonas abiertas, lejos de aglomeraciones, sin molestar ni poner en riesgo a nadie. Muchos usuarios empiezan en descampados, campos abiertos o zonas rurales, donde pueden aprender con calma. La ventaja de este dron es que puedes usarlo como primer dron de entrenamiento, coger soltura y luego informarte con más detalle de la normativa de tu zona si quieres ir un paso más allá.
¿Qué incluye exactamente el pack y por qué dicen que es un chollo?
¿Qué incluye exactamente el pack y por qué dicen que es un chollo?
Porque aquí no compras solo un dron. Te llevas un dron 4K, dos baterías, maletín de transporte, hélices de repuesto y todo lo que necesitas para volar desde el primer día. En otros sitios, el cuerpo del dron viene pelado y todo lo demás son extras. Aquí la liquidación de almacén te permite llevarte el pack completo de una vez, a un precio que normalmente no verías junto a este nivel de equipo.
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