Mi hijo tenía miedo a vivir… y yo también.

Tiempo de lectura: 2 min

Si tienes un hijo miedoso y tú también eres de darle vueltas a todo, esta historia es para ti.

Mi hijo tenía miedo a todo:

Miedo al tobogán grande.

Miedo a meterse en el mar.

Miedo a subirse a una roca un poco alta.

Yo no era mejor.

Soy de los que, antes de hacer algo nuevo, se lee todos los comentarios de internet.

Y con los drones hice lo peor que podía hacer alguien como yo.

Cómo los foros casi nos roban una parte de la vida

Siempre me habían llamado la atención los vídeos de drones.

Paisajes desde el aire. Familias saludando a cámara. Niños corriendo por la playa mientras el dron los sigue.

Pensaba: “Ojalá algún día algo así con mi hijo”.

Pero cuando empecé a leer foros de drones, lo que me encontré fue otra cosa:

Gente contando que el dron se les fue solo por encima del agua.

Usuarios hablando de ataques de ansiedad mientras veían cómo el aparato se alejaba sin responder.

Historias de sudores fríos, de buscar durante horas un dron perdido en el monte.

Cada post que leía era un ladrillo más en nuestro muro.

“Esto no es para nosotros. Bastante miedo tenemos ya los dos”, pensé.

En mi cabeza se mezclaban dos cosas muy peligrosas:

Miedo al aparato + miedo al dinero que se podía ir en un segundo.

Así que hice lo que hacen las familias con miedo:

Evitar.

El momento en que mi hijo me pidió algo mucho más grande que un dron

Un día, mi hijo estaba viendo vídeos en el móvil.

En uno salía un niño de su edad volando un dron con su padre.

Se les veía nerviosos, riendo, casi chocando con un árbol, celebrando cada pequeño logro.

Mi hijo pausó el vídeo.

Me miró serio, con esa mezcla de ilusión y reto que pocas veces le había visto, y me dijo:

“¿Tú crees que algún día podríamos hacer eso sin que nos dé miedo?”

No dijo “tener un dron”.

Dijo “hacer eso sin miedo”.

Ahí entendí algo que me clavó:

Mi hijo no quería solo un aparato.

Quería un entrenamiento para la vida conmigo al lado.

Y yo le estaba enseñando todo lo contrario:

“Mejor no te tires por ese tobogán.”

“Mejor no te metas tanto en el mar.”

“Mejor no probamos el dron, que es peligroso.”

Le estaba enseñando que lo nuevo es demasiado peligroso o caro como para intentarlo.

Ese fue mi tocar fondo.

Convertí a mi familia en esclava del miedo

Durante años pensé que nuestro problema era “simplemente” que mi hijo había salido miedoso.

Lo que no veía es que el miedo crece con una fórmula muy concreta:

Escuchas historias extremas (foros, noticias, amigos exagerados).

Tu cabeza se imagina que a ti te pasaría lo peor de lo peor.

Encima, todo vale una pasta: si se rompe o se pierde, te hundes.

Decides “mejor no hacer nada”.

Y cada vez que eliges no hacer, el mensaje que se graba es:

“Tenía razón, esto era demasiado peligroso para nosotros.”

El miedo se alimenta de la idea de que todo lo nuevo es demasiado peligroso y demasiado caro como para probarlo en familia.

Y así pasan los años.

Tu hijo crece.

Tú sigues en tu zona segura.

Y los recuerdos que podrían haber entrenado vuestra valentía juntos… nunca llegan a existir.

Cómo un anuncio de almacén en mi móvil se convirtió en una puerta de salida

Unos meses después de aquella frase (“¿podríamos hacer eso sin que nos dé miedo?”), estaba tirado en el sofá, haciendo scroll sin pensar.

Me salió un anuncio que casi paso por encima:

“Dron con cámara 4K de almacén. Pedido cancelado. Hay que vaciar estanterías.”

Normalmente, yo habría cerrado.

Pero me llamó la atención el texto.

No hablaba de “dron definitivo”, ni de “oferta loca de hoy”.

Contaba una historia fea, de nave industrial:

Una gran tienda había encargado un montón de drones.

Por cambios internos, cancelaron el pedido.

El almacén se había quedado con las estanterías llenas de cajas.

El contrato de espacio se acababa en poco tiempo.

Salía más barato venderlos casi a precio de coste que seguir pagando por tenerlos parados.

Y debajo, los detalles del dron:

Cámara 4K para vídeo de verdad.

Dos baterías, para volar cerca de una hora en total entre las dos.

Aplicación para el móvil, para ver lo que ve el dron.

Maletín rígido, con todo encajado en espuma.

Y un precio que no era una locura de lujo.

Era del nivel de un regalo grande normal.

Por primera vez pensé:

“Esto podría ser nuestro gimnasio del valor. Si un día sale mal, no nos arruina.”

Ahí se encendió la bombilla.

El dron 4K de almacén no era solo “un chollo”.

Era la pieza que nos faltaba para romper la fórmula del miedo:

No es un juguete cutre: se ve y se siente “de verdad”.

Pero tampoco es ese aparato intocable que da pánico usar.

El precio baja porque al almacén le urge recuperar espacio, no porque hayan recortado en calidad.

Con las dos baterías podemos hacer muchos vuelos cortos, no jugárnoslo todo a uno.

Con la app, tenemos la sensación de control: vemos en tiempo real dónde está y qué hace.

Ofrecer un reto con valor real, pero con un riesgo económico y técnico lo bastante moderado como para poder practicar el valor muchas veces, sin que una sola caída hunda el barco.

No se trataba de tener un dron perfecto.

Se trataba de tener un dron suficientemente bueno y suficientemente seguro como para que pudiéramos equivocarnos juntos.

Nuestro primer “entrenamiento de valor” con el dron

Al final hice algo raro en mí: no le di más vueltas.

Lo pedí.

Cuando llegó el paquete y abrimos el maletín, mi hijo se quedó en silencio.

Lo cogió con cuidado, como si fuera cristal.

“¿De verdad vamos a volar esto nosotros?”, me dijo.

“Sí”, le contesté, con el corazón a mil.

Nos fuimos a un campo abierto, sin gente, sin árboles cerca.

Puse la primera batería.

Encendí el mando.

Abrí la app.

El dron despegó y se quedó quieto, como si flotara en el aire.

Mi hijo no se atrevía a tocar el mando.

Yo tampoco, pero hice ver que sí.

Le di un poco hacia adelante.

El dron avanzó unos metros.

Noté el típico nudo en el estómago que tantos describen en los foros cuando ven alejarse su dron por primera vez.

Y ahí hicimos nuestro primer ejercicio de “gimnasio emocional”:

“Vale, ahora tú. Muévelo un poquito y, si nos agobiamos, lo traemos de vuelta.”

Le temblaban las manos.

Lo movió apenas un metro.

Reímos de nervios.

Así estuvimos toda la primera batería:

Pequeños movimientos.

Respirar.

Traerlo de vuelta.

Repetir.

Con la segunda batería nos atrevimos a subir un poco más, a girar, a grabar un vídeo donde salíamos los dos.

No fue una película de acción.

Fue mucho más importante:

Fue la primera vez que nos enfrentamos juntos a algo que nos daba miedo… y lo hicimos trocito a trocito.

Lo que cambió en casa (y no hablo de la cámara 4K)

En las semanas siguientes, repetimos.

Cada sábado, mismo ritual:

Abrir el maletín.

Revisar el dron juntos.

Cargar las baterías.

Ir a “nuestro” sitio a volar.

Cada vez:

Un poquito más alto.

Un poquito más lejos.

Un poquito menos de nudo en la tripa.

Y empecé a notar algo raro en mi hijo:

En el parque, se atrevía con el tobogán que antes evitaba.

En la playa, se metía un poco más al agua.

Un día, incluso fue él quien me dijo:

“Si hemos podido con el dron, podemos con esto, ¿no?”

Entonces lo vi claro:

El dron se había convertido en nuestro entrenamiento para la vida.

No era “el día que volamos un dron”.

Era todo el proceso:

Tener miedo juntos.

Hacerlo igual.

Comprobar que no pasa nada terrible.

Guardar ese recuerdo como prueba para otros miedos.

Si tú también tienes un hijo miedoso (o eres tú)… esto es lo que haría

No soy psicólogo.

No soy piloto experto.

Solo soy un padre ansioso con un hijo miedoso que encontró, por casualidad, una herramienta que encajó perfecta en nuestra historia.

Lo que puedo decirte, desde ahí, es esto:

Este dron con cámara 4K no es un juguete de bazar.

Las dos baterías son oro: dan tiempo para aprender sin prisas ni presión.

La app ayuda mucho a sentir control, sobre todo al principio.

El maletín le da ese punto de “equipo serio” que motiva al niño… pero también lo protege y hace fácil llevarlo a cualquier lado.

El precio especial viene de una liquidación real de almacén: demasiadas cajas, poco tiempo para vaciar.

Lo que hace único a este dron no es solo lo que trae.

Es lo que no trae:

No trae la sensación de “si se rompe, se hunde el mes”.

No trae la idea de “esto es solo para gente muy experta”.

Trae algo mejor:

La posibilidad real de usarlo muchas veces como excusa para entrenar el valor y crear recuerdos juntos.

Dos caminos a partir de hoy

Si has leído hasta aquí, igual te ves un poco en mi historia.

Tal vez tienes un hijo que dice “no” a casi todo lo nuevo.

Tal vez eres tú quien siempre busca la excusa segura.

Ahora mismo tienes dos caminos:

Seguir como hasta ahora.

Dejar que los años pasen entre pantallas, evitando todo lo que dé miedo, y que el mensaje silencioso siga siendo “esto no es para nosotros”.

O usar una oportunidad rara como esta

—un dron 4K de almacén, con dos baterías, app y maletín, a un precio de regalo normal—

como vuestro pequeño gimnasio emocional en el que practicar el valor juntos.

Debajo de este texto podrás comprobar si todavía quedan unidades de este dron de almacén.

Yo solo sé una cosa:

Si volviera atrás, al día en que mi hijo me preguntó

“¿Crees que algún día podríamos hacer eso sin que nos dé miedo?”…

Volvería a decir que .

Y volvería a empezar por aquí.

Ir directamente a la información del producto

Dron con doble cámara 4K + Maletín Gratis (Oferta)

Dron con doble cámara 4K + Maletín Gratis (Oferta)

 (1.353 opiniones)

📷 Doble Cámara 4K Ultra HD.

🛫 Vuelo Estable y Fácil de Controlar

🔋 Mayor Autonomía de Vuelo

Precio habitual 59,99€
Precio habitual 59,99€ Precio de oferta 120,00€
Agotado
Ver todos los detalles

PREGUNTAS FRECUENTES

¿Por qué está tan barato? ¿Es de mala calidad?

No es un dron barato, es un dron rebajado por un problema de almacén. Se hizo un pedido grande, parte se canceló y el almacén se quedó con las estanterías llenas. Sale más rentable liquidar rápido que seguir pagando espacio. La calidad sigue siendo la de un dron 4K con modos avanzados, dos baterías y maletín, solo que tú aprovechas un fallo de logística a tu favor.

Este pack está pensado justo para eso: empezar desde cero sin miedo. Tiene modos de estabilidad, despegue sencillo y una app muy intuitiva donde ves lo mismo que ve el dron. No necesitas ser técnico ni tener experiencia previa: en la primera tarde ya puedes hacer tus primeras tomas aéreas y sentir que controlas.

Es un miedo normal, por eso el pack incluye hélices de repuesto y un maletín rígido que lo protege en los trayectos. Además, al venir de liquidación de stock, no estás jugando con un aparato de lujo intocable: puedes aprender, equivocarte y seguir mejorando sin la sensación de “si le pasa algo, me arruina el mes”.

Aquí no hablamos de despegar, dar una vuelta y volver corriendo. Con dos baterías incluidas puedes hacer varios vuelos seguidos en una misma salida, probar tomas distintas, repetir planos y disfrutar de la experiencia sin ir mirando el reloj todo el rato. Es la diferencia entre probarlo y vivir una tarde completa de vuelo.

La clave está en el origen del descuento: no viene de marketing, viene de un pedido cancelado. Hay un almacén con demasiados drones ocupando espacio que cuesta dinero, y por eso se han puesto a precio de liquidación. Cuando esas cajas salgan, el dron seguirá existiendo, pero volverá a precios normales. Eso es lo que hace que esta oferta sea real y difícil de repetir.

Precisamente por venir de una liquidación de almacén, este dron es ideal para quitarse el gusanillo sin volverse loco gastando. Te llevas un dron completo y serio a precio muy ajustado: si te enamoras del hobby, habrás empezado por la puerta grande; si no te engancha tanto, no tendrás la sensación de haber tirado el dinero en un capricho desproporcionado.

La app está pensada para ser tan simple como abrir la cámara del móvil. Conectas el dron, abres la aplicación y ves en pantalla lo que él está grabando. No hace falta ser experto ni trastear con mil ajustes: puedes empezar en modo básico y, si te apetece, ir descubriendo más funciones poco a poco, a tu ritmo.

Los envíos se gestionan de forma rápida y prioritaria, con un plazo estimado de 24 a 72 horas. Además, el pago es contra reembolso, así que pagas al recibir el pedido en casa, no por adelantado. Cuanto antes hagas el pedido, más margen tendrás y más tranquilo estarás de cara a Navidad o Reyes.

Lo importante es usar el sentido común: zonas abiertas, lejos de aglomeraciones, sin molestar ni poner en riesgo a nadie. Muchos usuarios empiezan en descampados, campos abiertos o zonas rurales, donde pueden aprender con calma. La ventaja de este dron es que puedes usarlo como primer dron de entrenamiento, coger soltura y luego informarte con más detalle de la normativa de tu zona si quieres ir un paso más allá.

Porque aquí no compras solo un dron. Te llevas un dron 4K, dos baterías, maletín de transporte, hélices de repuesto y todo lo que necesitas para volar desde el primer día. En otros sitios, el cuerpo del dron viene pelado y todo lo demás son extras. Aquí la liquidación de almacén te permite llevarte el pack completo de una vez, a un precio que normalmente no verías junto a este nivel de equipo.

Lo que opinan nuestros clientes

4.9

+1353 Opiniones

Javier S.
Compra Verificada
OCT 2025
buenisimo dron para principiantes, muy divertido de volar y se aprende rapido
Laura V.
Compra Verificada
OCT 2025
Se lo regale a mi hermano y le ha encantado
Fer L.
Compra Verificada
OCT 2025
lo compre en oferta y me a sorprendido calidad precio, ademas viene con todo lo que necesitas y mas, la grabacion es de gran calidad
Javi14.
Compra Verificada
OCT 2025
uno de los mejores drones que probe por este precio

¿Por qué confiar en nosotros?

  Otros
Envíos en 24/48h
Atención PostCompra
Pago en la entrega