Mi hijo se estaba convirtiendo en un pequeño zombi.
Tiempo de lectura: 2 min
No me enorgullece decirlo.
Pero es verdad.
Y si eres mamá con un niño de 3 a 7 años, puede que conozcas esta sensación.
Te dices: “Solo un ratito”.
Necesitas cocinar.
O responder un email.
O sentarte sin que alguien se te suba encima.
Así que le das la tablet.
Diez minutos.
Esa es la mentira.
Porque diez minutos se convierten sin darte cuenta en mañanas.
Luego en el coche.
Luego en cada queja.
Luego en ese momento que da miedo, cuando te oyes decir: “Vale, toma”, antes de que tu hijo termine de pedirlo.
Esa era yo.
Y odié lo rápido que pasó.
Cómo el “tablet por defecto” se cuela en casa
Vivo en un piso normal.
Soy una madre normal.
Quiero a mi hijo.
Y también quiero no perder la cabeza a las 5 de la tarde.
Al principio, las pantallas parecían inofensivas.
Una herramienta.
Un descanso.
Una forma de sobrevivir a las tardes ruidosas.
Pero empecé a notar algo.
Mi hijo no solo disfrutaba la tablet.
La necesitaba.
Si se quedaba sin batería, se acababa el buen humor.
Si decía que no, la casa era un caos.
Y empecé a sentir esa culpa de madre.
La que se te queda en el pecho.
Porque yo no quería que las pantallas fueran el tercer padre.
Lo que probé y no duró
Intenté hacerlo “bien”.
Compré:
- libros para colorear
- ceras
- puzles
- juegos de construcción
- kits de manualidades
Algunas cosas funcionaban.
Cinco minutos.
Y luego volvían las mismas palabras.
“Me aburro.”
O peor.
“No sé qué hacer.”
Y entonces la petición.
“¿Puedo tener la tablet?”
Empecé a pensar que el problema era yo.
Quizá no era lo bastante paciente.
Quizá no era lo bastante divertida.
Pero seguía viendo el mismo patrón.
La pantalla siempre ganaba porque era instantánea.
Mi punto de ruptura
Una tarde de lluvia, tenía la cena a medias.
Mi hijo se quejaba.
Yo estaba agotada.
Probé con la voz de “mamá tranquila”.
Luego con la de “mamá firme”.
Y luego exploté.
No grité.
Pero ese tono seco y feo que odias escucharte a ti misma.
Me miró como si hubiera roto algo.
Me metí en el baño y respiré.
No estaba enfadada con él.
Estaba asustada.
Asustada de que esto fuera nuestro nuevo normal.
Pantallas y discusiones.
Pantallas y culpa.
Pantallas y mi hijo perdiendo la capacidad de aburrirse en el mundo real.
El 1% que nadie me había contado
Esa noche busqué de todo.
“Cómo reducir el tiempo de pantalla.”
“Actividades que de verdad duren.”
“Por qué mi hijo no juega solo.”
Encontré consejos como:
“Pon límites.”
“Sé constante.”
“Ofrece alternativas.”
Ya lo había oído.
Era el 99%.
Pero me faltaba el 1%.
Aquí va en palabras simples.
La mayoría de los niños no dejan la creatividad porque no les guste.
La dejan porque empezar les resulta difícil.
A esto ahora lo llamo la trampa de la hoja en blanco.
Un folio blanco parece fácil para nosotros.
Pero para un niño pequeño puede sentirse como un examen.
Qué dibujo.
Cómo empiezo.
Y si me sale mal.
Así que lo dejan.
Y la pantalla gana.
Porque la pantalla no les pide que empiecen.
Empieza por ellos.
Por qué “compra más juguetes” falla
La verdad duele.
Muchísimas opciones sin pantallas siguen necesitando que estemos encima.
Necesitan nuestra energía.
Nuestra preparación.
Nuestro ánimo.
Nuestra limpieza después.
Así que, aunque lo intentemos.
No se mantiene.
Y nuestros hijos también aprenden algo.
Aprenden:
“Si me quejo lo suficiente, tendré lo más rápido.”
Ese es el problema real:
Condicionamiento por escalada.
Cada vez que la tablet corta el llanto en dos segundos, el cerebro aprende:
Aburrimiento igual estimulación instantánea.
El juego normal empieza a parecer lento.
La amiga que me cambió la semana
Unos días después, me desahogué con una amiga mamá.
Dije las palabras que me daba vergüenza decir en voz alta.
“Ahora es lo único que funciona.”
“No quería que se me fuera de las manos.”
Ella no me juzgó.
Se rió con esa risa de madre cansada.
Y me dijo algo que no olvidaré.
“No necesitas una vida perfecta sin pantallas.
Necesitas una opción sin pantallas que sea igual de fácil.”
Me habló de una mesa pequeña de dibujo con proyección que le encantaba a su sobrina.
Una mini mesa con un proyector suave.
Muestra siluetas simples para que los niños las calquen y coloreen.
Consiguen un logro rápido.
Sin YouTube.
Sin pelea.
Yo era escéptica.
Porque ya había tirado dinero en juguetes que terminaron de adorno.
Pero también estaba harta de sentirme atrapada.
La solución que por fin se sintió “instantánea”
Pedí la KidFun™.
Cuando llegó, la monté.
Sin discurso.
Sin presión.
Solo la dejé allí.
Esa noche, mi hijo se acercó.
La encendió.
Vio una silueta.
Y por primera vez en semanas escuché:
“Mamá, ¡mira!”
No “Me aburro.”
No “¿Puedo tener la tablet?”
Estaba centrado.
Tranquilo.
Orgulloso.
Por qué esto funciona cuando otras cosas fallan
Esta es la solución real
Reemplazo creativo de baja fricción.
El proyector quita la parte más difícil.
Empezar.
Le da a tu hijo un primer paso amable.
Así que su cerebro obtiene un éxito rápido.
El éxito crea impulso.
El impulso crea juego independiente.
Y poco a poco, la tablet deja de ser lo “normal”.
No porque tú luches más.
Sino porque por fin le diste a tu hijo una mejor “primera jugada”.
Lo que cambió en casa
No voy a decir que mi casa se convirtió en un spa silencioso.
Soy madre, no maga.
Pero esto fue lo que noté.
- Menos insistencia con pantallas
- Más calma en días de interior
- Un niño que puede empezar a jugar solo
- Una madre que dejó de sentirse un desastre
Ese fue el cambio.
No perfecto.
Real.
Si piensas “¿Funcionará con mi hijo?”
Te entiendo.
Esto parece demasiado simple.
Pero esa es la clave.
Arregla la parte que muchos juguetes ignoran.
La barrera de inicio.
Si tu hijo tiene:
- de 3 a 7 años
- se aburre fácil
- pide pantallas enseguida
- pasa mucho tiempo en casa
Esto merece una prueba.
Dónde conseguirla
La marca que yo usé es KidFun™.
Ahora mismo, parece que tienen una oferta limitada para personas que llegan desde historias como esta.
Puede que veas:
- [X% de descuento]
- [Envío gratis]
- y una [garantía de devolución de 30 días]
Comprueba la oferta exacta en la página.
Porque estos descuentos cambian rápido.
Y los lotes pequeños de productos infantiles suelen agotarse en épocas de lluvia y fechas clave.
Dos opciones desde aquí
Puedes seguir con lo de los diez minutos.
Y esperar que no crezca.
O puedes darle a tu hijo una opción sin pantallas que se sienta fácil.
Así recuperas tiempo.
Sin esa resaca de culpa.
Si llevas tiempo notando ese desliz lento.
Si te has dicho, “¿En qué momento llegamos a esto?”
Entonces comprueba disponibilidad hoy.

Lucía Martín (Psicopedagoga infantil)
En consulta veo algo muy frecuente en niños de 3 a 7 años: no es que no sean creativos, es que se bloquean al empezar. La hoja en blanco puede sentirse como una prueba, y cuando un niño falla varias veces, aprende a evitarlo. Por eso KidFun™ me parece una herramienta muy acertada. La proyección ofrece un inicio guiado y amable, reduce el miedo a equivocarse y ayuda a lograr pequeñas victorias visibles que fortalecen la confianza. También es una opción muy útil para familias que buscan actividades tranquilas sin pantallas, sobre todo en tardes largas o días de interior. Si el objetivo es que el niño pase del “no puedo” al “mira lo que he hecho” sin presión, KidFun™ encaja muy bien.
PREGUNTAS FRECUENTES
¿Para qué edades está recomendado KidFun™?
¿Para qué edades está recomendado KidFun™?
KidFun™ está pensado principalmente para niños de 3 a 7 años, cuando más ayuda tener un inicio guiado y fácil en actividades creativas.
¿Y si mi hijo no suele dibujar o se frustra rápido?
¿Y si mi hijo no suele dibujar o se frustra rápido?
Precisamente es uno de los perfiles que más se beneficia, porque la proyección le da un primer paso claro y reduce el miedo a empezar.
¿Necesita que un adulto esté encima todo el rato?
¿Necesita que un adulto esté encima todo el rato?
No. La idea es que el niño pueda empezar y mantenerse ocupado con menos guía del adulto.
¿Sirve para reducir el uso de pantallas?
¿Sirve para reducir el uso de pantallas?
Puede ayudar mucho como alternativa rápida y atractiva para que el niño pida juego antes que pantalla.
¿Ocupa mucho espacio en casa?
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Está diseñada para ser compacta y fácil de colocar en un rincón del salón o del cuarto de juegos.
¿Es complicado de usar o montar?
¿Es complicado de usar o montar?
No. Su uso es sencillo e intuitivo para que el niño pueda empezar sin frustración ni pasos largos.
¿Mi hijo se cansará rápido como con otros juguetes?
¿Mi hijo se cansará rápido como con otros juguetes?
Al tener variedad de dibujos y un inicio guiado, suele mantener el interés más tiempo que actividades que requieren inventar desde cero.
¿Ayuda en días de lluvia o cuando no se puede salir?
¿Ayuda en días de lluvia o cuando no se puede salir?
Sí, es uno de los momentos en los que más se nota, porque ofrece una actividad calmada y fácil de iniciar dentro de casa.
¿Es seguro para niños pequeños?
¿Es seguro para niños pequeños?
Está pensado para uso infantil, con un formato estable y orientado a actividades tranquilas y supervisables en casa.
¿Qué pasa si no encaja con nuestro día a día?
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Si tu tienda ofrece garantía o devolución, puedes probarlo con tranquilidad y decidir según vuestra experiencia real en casa.
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